¿Quién educa al pueblo?

Domingo de Pentecostés

Maruchi R. de Elmúdesi

Maruchi R. de ElmúdesiArchivo LD

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María teresa de ElmúdesiSanto Domingo

Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de Ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones; pero un mismo Dios que obra en todo.

En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y a todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.

Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Y es el mismo Jesús quien se pone en medio de todos (cuando irrumpe en la casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos) y enseñándoles sus manos y pies y su costado alegro a los judíos: "Paz a ustedes, como el Padre me ha enviado, así también los envío yo" y dicho esto exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo", a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados, a quienes se lo retengan, les quedan retenidos".

Este pasaje del Señor siempre me ha hecho pensar en los hermanos separados, que dicen que los sacerdotes católicos y la Iglesia fueron los que inventaron el Sacramento de la Reconciliación.

Es el Espíritu Santo quien capacita a los discípulos para continuar la misión de Jesús y nos ayude a poder vivir dando testimonio de Nuestro Señor Jesucristo.

Los primeros cristianos perdieron el miedo, gracias al Espíritu Santo.

Pentecostés es una realidad y una utopía, es un regalo y una responsabilidad. ¡Amén!

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