Senderos
El valor de una familia unida
A veces, se hace harto difícil mantener una verdadera unidad de la familia y que esta se haga coherente en la aceptación, tolerancia y respeto, en virtud de la diversidad de caracteres de sus miembros. Sin embargo, y no de menos valor a esto, cuando existe la disposición de aceptación con el alto grado de amor y comprensión, este núcleo forjado en miembros vinculados por sangre, y por ascendencia y arraigo espiritual, y de servicio se hace altamente ostensible y digno. La familia, en su rango, se hace soporte a todas las deficiencias anímicas que pueden y de seguro se presentan. La familia se hace el cirineo que ayuda en el camino de las pruebas, y muy fundamentalmente en la enfermedad. Por tanto, mantener una familia unida es valor agregado al desarrollo comunitario e individual.
El calor humano y humanista que se recibe de los que acompañan es invalorable, no hay precio que pueda pagarse por ello. Cabe entonces, cada uno, hacernos compromisarios de que esta sea funcional en un hogar, donde los valores, el amor, el respeto, y los principios sean lemas de vida, y sirvan de ejemplos a imitar, para que la sociedad se nutra de ellos; porque finalmente, es la sociedad la que devuelve lo que recibe de sus miembros. Hagamos un mejor mundo, principiando por el hogar, primera escuela, donde se forja el amor y se comparte. Donde los valores, sean baluarte y columnas donde se sostenga. Si así lo hacemos, revirtiendo lo que se ha perdido o desnaturalizado, habremos de lograr un mundo, donde todos podamos vivir, a resguardo de la paz y seguridad.