¿Quién educa al pueblo?
“¡Oh, Dios, crea en mí un corazón puro!”

Maruchi R. de Elmúdesi
Este fin de semana trae lecturas maravillosas, comenzando el jueves 25 con la conversión del apóstol San Pablo, seguido por el viernes de San Timoteo y San Tito, ambos obispos; el sábado, con este Salmo 50 maravilloso, precioso y que espera a que a mí me llegue la alegría de la salvación.
Me encanta esta frase del salmo: “¡Apiádate de mí, Oh Dios, por tu amor, por tu gran compasión, borra mi falta!”. Es un salmo con una enorme carga teológica.
En él, el salmista pide al Señor que lo purifique y lo renueve interiormente, para que él, a su vez, pueda dar testimonio de la misericordia divina y trabajar por la conversión de los pecadores.
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