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Hacer las paces en la soledad con nosotros mismos

Es tiempo de crecer y ver tu vida con ojos compasivos, no tienes por qué juzgarte o ser grosero.

La soledad muchas veces es vista como un estado a evitar a toda costa, pero muchas veces es el camino que te puede enseñar a entenderte y a aprender a conocer tu verdadero ser, a veces desconoces tanto de ti mismo, y al negarte a escucharte no sabes cuáles son tus grandes fortalezas y de la misma forma tus grandes defectos, y vives engañándote, creando un falso “yo” que muchas veces se convierte en tu alter-ego y el personaje que otros creen que eres.

Eso deriva en que cuando atraviesas una crisis emocional no sabes cómo tratarte y cómo amedrentar tu propio dolor vital porque eres para ti mismo un desconocido y como siempre has buscado a alguien más a quien agradar terminas por ignorar cómo agradarte cuando estás herido y vulnerable emocionalmente.

Es tiempo de darte una palmadita a ti mismo, ocupa tu propia soledad para hacer las paces contigo mismo, es tiempo de crecer y ver tu vida con ojos compasivos, no tienes por qué juzgarte o ser grosero, lo que hiciste mal fue tu forma de aprender, las personas que de alguna manera te hirieron o te agraviaron merecen tu perdón; aprende a agradecer todo lo que la vida te ha dado, es tiempo de aprender de ti mismo, y créelo la soledad es una gran maestra.

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