Senderos
Nos arreglamos o nos hundimos
¿Hacia dónde vamos nosotros como especie? ¿Qué nos pasa que nos estamos destruyendo? Nos creemos separados unos de otros como si no nos afectaran a todos nuestras decisiones individuales. Evitar las noticias nos hace cómplices, prefiero pensar que la indolencia imperante al momento es generada por la ignorancia. Obviamos la forma en que afectamos a otros con lo que hacemos o dejamos de hacer. El deseo de tener más nos hace llevarnos al resto de nuestros pares por delante, sin medir consecuencias en la búsqueda procurando algún tipo de poder.
La maldad de la gente ha sido objeto de debate durante siglos, una de las teorías más populares sugiere que es el resultado de factores ambientales y sociales, defienden que la pobreza, la desigualdad, el abuso, la violencia y la discriminación pueden desencadenar comportamientos malintencionados y agresivos en las personas. Otra propone que se trata de nuestra esencia manifestándose ante situaciones difíciles o estresantes, provocando agresividad y violencia. También se argumenta que la perversidad es el producto de los valores y modelos con los que hemos sido educados desde la edad infantil. Si los niños crecen en un entorno donde se fomentan la competitividad, la agresividad y la falta de empatía, desarrollarán comportamientos malintencionados en la edad adulta. ¿Qué hacemos hoy para mejorar esto?