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Erika Ponce Sales, diseñadora de pequeñas esculturas de joyas

Mina: Su última colección, MUSA, está inspirada en la flora de República Dominicana, el azul de su cielo y el ámbar de la isla.

Diseño de Erika Ponce Sales.Cortesía de la firma

Patricia Acosta@revistaalamoda
​Santo Domingo, RD

Erika Ponce es una diseñadora de joyas mexicana que, con tan solo tres años, empezó a mostrar curiosidad por los metales y las piedras semipreciosas. Su padre la llevaba a las minas de la ciudad de Guanajuato y a ella le encantaba.

“Siempre supe que me dedicaría a alguna profesión artística. Es que, desde los tres años, estoy pintando, y la verdad es que vivo la joyería, pero solo hasta después que crecí se unieron estas artes: el dibujo, la escultura y el diseño”.

Creció e ingresó a la Universidad de Monterrey para estudiar Diseño Gráfico. Al graduarse, se fue a Florencia para especializarse en Historia del Arte y retomar la escultura en cera, esta vez enfocada en joyería, en la reconocida escuela Lorenzo de Médici. Después de un tiempo, decidió mudarse a Nueva York para estudiar joyería, ya decidida a que sería a lo que se dedicaría.

“Cuando sale la idea de crear mi marca, quería que el nombre fuera ‘mina’ algo. Un día en New York, estaba con mi mejor amiga, y, cuando nos presentábamos en algunos lugares, usábamos nombres ‘fake’. Siempre me gustó el nombre ‘Romina’ y no me había dado cuenta que tenía las sílabas de ‘mina’. Mi amiga me dice: ‘Romina, como la marca’; le dije: ‘no es mina’; me dijo: ‘sí Romina’. Nunca lo olvidamos y le puse así”, cuenta. Por eso, la marca es ‘Mina Ro Mina’.

Estudiando en la ciudad de Nueva York conoció a Alexis Bittar, el famoso diseñador de accesorios con quien pudo trabajar en proyectos especiales. Cuando por fin comenzó a definir su estilo, regresó a México para trabajar de lleno en su primera colección, inspirada en la cultura y arquitectura de su país.

Erika Ponce SalesCortesía de la firma

Erika, actualmente, ha confeccionado 10 colecciones con una amplia aceptación en el mundo de la moda. Su creación más reciente, como mencionábamos en la introducción, está inspirada en la hoja del plátano. Su musa llegó en una de sus visitas al país. Mientras caminaba en el Botánico, le llamó mucho la atención la planta del banano. Leyendo la descripción, se dio cuenta de que el género tipo de la familia es ‘MUSA’.

Cuando llegó a la casa de Wendy, su cómplice en todo este proyecto, comenzó a dibujar y, justo en ese momento, salió un arcoíris. Todo convergió para que la creatividad y sus emociones le dictaran los trazos de aquellas pequeñas esculturitas que hoy puede palpar.

La diseñadora llegó al país motivada por Wendy Salcedo, una emprendedora que trabajaba en el sector financiero. En un viaje a Tierra Santa, en el 2011, conoció a Erika Ponce por pura coincidencia, a quien observaba mientras dibujaba en uno de los tours.

“Cuando descubrí el diseño vanguardista, la filosofía detrás de la marca y la misión tan hermosa que mantiene con su entorno, quedé enamorada de Mina Ro Mina. La unión perfecta se da cuando a uno la motiva, un nuevo reto, y a la vez se siente identificada con los valores que comparte con su aliado estratégico, y eso siento que es lo que tenemos Erika y yo”, expresó Wendy.

Decidió comprarle sus joyas para emprender cuando llegara a República Dominicana, pero no fue sino hasta que, en plena pandemia, reevaluó sus prioridades y le dio vida a este hermoso sueño que tenía literalmente en una cajita por más de 9 años, llamado ‘Mina Ro Mina’.

Erika tiene como objetivo hacer sentir bonita a la mujer, que el diseño pueda llegar a las personas, que no sea elitista y que tengas un pedacito de arte puesto. Además, ve cada una de sus joyas como mini esculturas y una forma de expresarse que habla de tu personalidad. Asegura que cualquier mujer que tenga sensibilidad creativa, y aprecie el trabajo que las piezas conllevan, puede usarlas.

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