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Almorzando en SD: “El menú es una enciclopedia” dice el camarero
El restaurante Boga Boga, que nació en 1975, tiene su entrada por la calle Armando Rodríguez, en el edificio Plaza Florida, avenida Bolívar 203, en Santo Domingo. Posee un amplio estacionamiento privado haciendo esquina con la avenida Pedro Henriquez Ureña

Salón principal en el restaurante Boga Boga
Es uno de los restaurantes tradicionales con una fiel clientela que a partir de cierta hora lo llena a rebosar. Es el restaurante Boga Boga donde a quien no reserva mesa le conviene almorzar temprano, si es que piensa ir a comer allí al mediodía. Como es nuestro caso: el de mi hijo Alexis y mío.
No siempre fue, empero, restaurante. “El punto inició en 1975, sirviendo churros con chocolate”. La información la ofrece Segundo Imbert Brugal en un relato que, publicado hace un par de años en Acento, está impregnado de emotividad. La emotividad del que es asiduo, quizás desde sus comienzos, conociendo no sólo de la buena comida sino de los aconteceres diversos: buenos y malos.
Son las 12:45 del mediodía cuando llegamos. Entramos al salón principal donde un atento camarero nos ubica en un cómodo lugar: una mesa que hace esquina. Nadie tiene que pasar junto a nosotros. Hacia un lado el muro con barcos dibujados. Tienen su razón de ser, al fin y al cabo, bogar es remar… Por cierto, al restaurante sus “habitués” le llaman Boga.
Alexis pide la carta al camarero quien, con prontitud, comenta: “El menú es una enciclopedia”. De manera que escuchamos primero los platos que hoy recomienda a ver si alguno llama nuestra atención. No siendo así, pedimos “la enciclopedia”.
En lo que estudiamos cada plato pido una copa de vino de la casa. Hay de tres marcas. Alexis me sugiere Cune. Él, como está manejando, sólo quiere agua. “¿Les traigo pan?” No, no. ¿Tiene casabe? “Sí”. Pues casabe entonces.
Mientras decidimos qué ordenar pedimos un servicio de Croquetas de jamón ibérico. Son bastante grandes y muy buenas. Tras notar que hay dos o tres platos de cordero me canteo por el Osobuco de cordero. Es una carne que no todos saben preparar, de otra manera el sabor disgusta. En el Boga Boga es ¡excelente! Mi paladar se deleita.

Croquetas de jamón ibérico
El risotto acompañante está bien caldoso, aunque me resulta difícil detectar un sabor en especial. Tal vez sea el de queso que resalte. Viene también con varios vegetales que ni pruebo. Alexis, en cambio, ha preferido Filete Roquefort que lo traen tal como lo ha ordenado: cocinado entre medio y tres cuartos. Muy bueno.

Filete Roquefort
Sin embargo, los fritos de plátano verde no le convencen. Uno incluso está empezando a madurar. Pide que los frían algo más. Así lo hacen. Al momento de los postres, el camarero trae el carrito, e indica que fríos, hay fruta en almíbar. Tan pronto menciona Higos reacciono: “Eso quiero”. ¡Qué ricos! (Alexis Ramos Brusíloff tomó las fotos para este artículo en Listín Diario).