Arturo

Ha muerto un ser maravilloso, es una de esas partidas que dejan el corazón en pedazos en aquellos que tuvieron el privilegio de tratarlo o convivir con él.

 Ingeniero de profesión, con conocimientos de arquitectura, dejo una huella imborrable, en las numerosas residencias que construyo en el complejo de Casa de Campo. No contento con eso, incursionó en la restauración de toda una cuadra de casas en la vetusta ciudad antigua de nuestra capital.

Era un deportista nato. Fue presidente del equipo de béisbol Los Toros del Este, de la Romana. No contento con esto, mando construir una pista de atletismo para los jovencitos de esa ciudad.

Su altruismo era legendario en la ciudad, donde ejerció su profesión la mayor parte de su vida.

Arturo era una persona carismática, de esas que al instante simpatizan con cualquier extraño. Incursiono en la política, como candidato a gobernador de su provincia. Una experiencia que lo hizo aún más popular entre los habitantes de la Romana.

Como padre y esposo fue ejemplar, siempre preocupado por el bienestar y la felicidad de los suyos.

A su funeral muchísima gente acudió a manifestar su pesar y algunos dieron publico testimonio de su amor por el deporte y su desprendimiento a la hora de ayudar a jóvenes atletas.

Solo nos queda conformarnos con la voluntad de Dios, saber que está en un lugar maravilloso y guardar su recuerdo y ejemplo.