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Alergia alimentaria, ¡Cuidado con lo que comes!
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Las mujeres asiáticas tienen problemas de picazón, erupciones en la piel y rascados en los brazos causados por alergias alimentarias después de comer camarones
Alertar sobre cómo reaccionar ante un episodio alérgico por la ingesta de un alimento es de suma importancia para evitar cualquier situación desagradable. Guillermo Ángeles, médico alergólogo, ofrece informaciones puntuales y, define una alergia alimentaria como una reacción anormal del sistema inmune a ciertos alimentos.
“Cuando una persona con alergia alimentaria consume el alimento al que es alérgico, su sistema inmunitario interpreta erróneamente una proteína de ese alimento como una sustancia dañina. Este contacto activa una respuesta inmunológica exagerada que se manifiesta en diversos órganos”, asegura el especialista.
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Doctor Guillermo Ángeles.
Tipos de alergias alimentarias
Hay varios tipos de alergias alimentarias y bajo este concepto se engloban reacciones producidas por diferentes mecanismos inmunológicos, siendo el más frecuente el mediado por anticuerpos del tipo IgE, que producen reacciones inmediatas (generalmente en menos de dos horas).
También existen respuestas inmunológicas mediadas por células que producen manifestaciones tardías, generalmente cutáneas (dermatitis atópica), así como digestivas, un ejemplo de esto son las enfermedades digestivas eosinofílicas, enterocolitis, enfermedad celíaca, etcétera. En ocasiones, ambos tipos de respuestas inmunes están asociadas. Así apunta Ángeles.
Atención a los síntomas
Según el alergólogo, las reacciones alérgicas aparecen después de dos horas de la ingesta del alimento, generalmente en los primeros 30-60 minutos. El primer síntoma se manifiesta como un picor en la boca y/o paladar al ingerir el alimento.
No obstante, en otras ocasiones se manifiesta como una erupción en la piel como ronchas (habones) con intenso picor definido como urticaria. La alergia a los alimentos también puede causar síntomas digestivos como vómitos o diarrea, o respiratorios: estornudos, taponamiento nasal o dificultad para respirar.
¿Obedece a un alimento ingerido?
Para confirmar el diagnóstico, los especialistas tienen que auxiliarse de pruebas complementarias específicas, las cuales están indicadas ante sospecha de una enfermedad alérgica, especialmente si esta es persistente o grave, independientemente de la edad del paciente. Esto es así porque aunque la historia clínica a menudo proporciona información sobre el posible alimento responsable de la reacción alérgica, ni el examen físico por sí solos lograr diagnosticas estas hipersensibilidades.
Las alergias alimentarias IgE mediada, generalmente los síntomas aparecen entre minutos y dos horas después de haberse ingerido el alimento. En algunos casos, como en el síndrome de alfa-gal, los síntomas pueden tardar hasta 3 a 8 horas en manifestarse.
Diagnóstico
Las pruebas cutáneas por punción, las pruebas de IgE específicas del suero y las pruebas de provocación alimentaria oral, tanto en niños como en adulto son necesarias para un diagnóstico preciso; sin embargo, la provocación alimentaria oral sigue siendo el estándar de oro, aunque con algunas limitaciones (riesgos de reacciones graves, costos y reproducibilidad).
El diagnóstico molecular mide la sensibilización a componentes individuales de alérgenos, obteniéndose un perfil específico de IgE en cada paciente. Esto, ha supuesto un importante avance en el diagnóstico de la alergia, especialmente en pacientes polisensibilizados o reactividad cruzada con sensibilización a panalérgenos.
Tratamiento
La única forma de evitar una reacción alérgica es no comer los alimentos que pueden causar síntomas y disponer de una medicación de rescate para tratar una eventual reacción, que incluye la adrenalina en los pacientes que ya han sufrido anafilaxia con anterioridad o presentan riesgo de sufrirla.
La dieta de evitación supone una vigilancia continua, pero, aun así, pueden aparecer reacciones alérgicas accidentales impredecibles, lo que genera incertidumbre, ansiedad y estrés, y afecta negativamente la calidad de vida y las relaciones sociales del individuo alérgico y de todo su entorno familiar.
En los últimos años, se están realizando tratamientos con inmunoterapia con alimentos con el objetivo de alcanzar la tolerancia parcial o total del alimento. Estos tratamientos ofrecen una alternativa a aquellos pacientes que no han alcanzado la tolerancia tras la dieta de exclusión.
Hay evidencias suficientes para recomendar el Omalizumab para las alergias alimentarias mediadas por IgE, que es el anticuerpo monoclonal anti-IgE humanizado, recientemente aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
La importancia de actuar rápido
Según el especialista, una reacción anafiláctica es lo peor que puede ocurrir si no se hace un diagnóstico correcto y se toman las medidas preventivas adecuadas. Esto está catalogado por una urgencia médica.
“Suele aparecer a los pocos minutos de la ingestión del alimento, incluso de trazas, y progresa muy rápidamente. Las personas alérgicas pueden desarrollar prurito generalizado, urticaria, angioedema, edema laríngeo, broncoespasmo, dolores abdominales, vómitos, diarrea, arritmias cardíacas, hipotensión y shock”, asegura.
Los principales factores de riesgo en las anafilaxias muy graves o de riesgo vital son la presencia de asma previa, la ingestión inadvertida (alérgenos ocultos), la incapacidad para reconocer los síntomas de la reacción y el retraso en la administración de un tratamiento adecuado (adrenalina).
La educación y la prevención son fundamentales para evitar situaciones que pongan en riesgo la salud y tengan un desenlace inesperado.
Diferencia de las alergias alimentarias en niños y adultos
Los niños son más vulnerables y, por esto, las alergias alimentarias no tienen el mismo comportamiento que en los adultos. El especialista explica que esto es así, dado que existen diferencias significativas en cuanto a prevalencia, alimentos implicados y evolución de la condición. “La prevalencia de alergias alimentarias es mayor en niños que en adultos y se estima que afecta entre el 6 al 8% de los niños y el 10% de los adultos en los países desarrollados”, asegura.
En los niños pequeños, la leche de vaca, el huevo, frutos secos, maní y soya, seguidos del pescado, son los alimentos más habituales que pueden causar alergias. Otros alimentos como los frutos secos, las legumbres, el marisco y las frutas causan alergias alimentarias en niños de mayor edad y numerosas alergias infantiles comunes pueden superarse en la edad adulta.