Fábulas en alta voz
Que quieras tu paz no significa eludir tu responsabilidad
Se maneja mucho el término “todo por mi paz”. Aunque se cometa errores o no se tenga la razón en algo, a la gente no se le puede reclamar nada porque todo le perturba su tranquilidad. No se detiene a asumir su responsabilidad aun sabiendo que su comportamiento o conducta están dañando a alguien. No importa cuánto la persona afecte a su familiar, a su compañero de trabajo, a su pareja, a sus amigos hay que mantenerse en silencio porque dilucidar los inconvenientes le trastorna su quietud. ¿Y la paz de los demás no cuenta cuando se la alteramos con nuestras acciones?
Buscando respuestas fabulosas
Para obtener información sobre si importa o no la paz de los demás, viajé a una ciudad fabulosa donde todas las personas tienen el mismo derecho. La comunicación es el arma más poderosa con que cuentan para resolver cualquier inconveniente. Nadie está por encima de nadie. Los errores hay que aceptarlos, discutirlos, corregirlos y perdonarlos. Jamás se permite eludirlos. Si eres dueño de tus actos tienes que asumir sus consecuencias.
Nada de victimizarte
Eso de creer que el otro tiene la culpa de nuestros errores no se estila en este lugar. No es prudente victimizarte y justificar tu mal accionar atribuyéndole al otro la responsabilidad que sólo tú tienes. Allí sí se cometen errores, aun se trate de una ciudad fabulosa. Lo que la hace distinta es la forma en que cada quien los asume de manera tal que se preserve la paz de todos los involucrados. El consenso es vital. Lo que no te gusta que te hagan, no lo hagas a los demás. Si la paz es lo que quieres, proporciónala también a los otros. Un ambiente familiar, laboral y social siempre será más llevadero cuando el respeto está de por medio.
Regreso conflictivo
Luego de obtener tantas respuestas en esa ciudad fabulosa, las que de hecho, ayudan a que se preserve la tranquilidad de todos, tuve que regresar a la triste realidad en la que vivimos. Sí, a esta en la que un miembro de la familia, por ejemplo, comete un error y no se le puede decir nada porque quiere que lo dejen tranquilo. A esta donde una persona hace cosas que molestan a su pareja, pero no se le puede decir nada porque no está por discutir, “quiero mi paz”. A esta donde alguien irrumpe tu paz laboral, pero quien está mal eres tú porque todo te molesta. En fin, tuve que venir a seguir siendo testigo de cómo la gente quiere preservar su paz, pero trastornando la del otro.