folcloreando
A base de esfuerzo y sacrificio
Siempre he sido respetuosa del trabajo de los demás, tanto así que soy incapaz de subestimarlo, al menos que rompa con los esquemas de calidad. Aunque he escrito sobre la labor que vengo desarrollando de una manera espontánea, entregada con entusiasmo desde los trece años, aportando a partir de la cotidianidad en todas las categorías del folklore, en libros, redes, charlas, talleres, y muchos más, ha sido una inversión grandísima en dinero, sacrificio y tiempo que nunca he sumado, además, de las personas que han aportado objetos como donación.
Mi centro de documentación
Cuando formé mi escuela de baile junto a mis hijas, trabajando en este periódico, fue cuando pude conformar mi centro de documentación comprando con lo que devengaba en dicha escuela los archivos, etcétera.
Sin paga
La mayoría de los reportajes publicados en los medios en donde he colaborado solo en una oportunidad lo cobré, luego he sido una incansable entusiasta de dar a conocer lo poco que sé para mi país, incluyendo fotografías, videos, etcétera.
Mi portal Xiomarita.com
Esta página tiene un contenido de todo lo que tiene que ver con el folklore dominicano y del mundo donde pueden entrar y es un paseo con los hechos folklóricos vigentes y transformados.
Críticas desde la ignorancia
Para facilitarle las investigaciones a los especialistas en todas las categorías de la cultura tradicional y popular, además de un glosario de términos que contribuirá a la búsqueda más rápido. Tengo todos estos años participando en entrevistas, también yendo a centros educativos a impartir charlas, pero llega un momento en que si voy a diez charlas tengo que incurrir en gastos de transporte y todo lo que este tipo de evento conlleva. El Ministerio de Cultura certificó a más de cincuenta folkloristas que deben hacer la labor de proyectar esos conocimientos a centros educativos, ir a entrevistas, realizar talleres para “foguearse”. Los pocos que me critican solo tienen el talento de su voz, especialistas en un área y quizás en lo único que han invertido es en la mensualidad de su carrera profesional.Aunque se vea como altanería, mi trabajo está ahí hecho y no permito que nadie me diga lo que debo hacer, si debo cobrar o no, no jugaré con mi dignidad y credibilidad. Lo único que deseo dejar a mis hijas y nietos es mi integridad. Elijo los programas a los que quiero ir, que respetan lo que digo y que los entrevistadores no quieran ser los protagonistas; los que quieran brillar haciéndolo gratis esa es su decisión. Lo hice 45 años de gratis, no me lamento, me siento tranquila.