MENUDO
En Colombia Uber es legal; sus conductores aún no
A fines de octubre, mi nieta Mariale y yo pasamos una semana en Medellín, Colombia. El primer día llamamos a la plataforma Uber para salir del hotel hacia el centro. La conductora al llegar abrió la puerta delantera derecha del auto para que una de nosotras se sentase. Le dijimos que preferíamos ir las dos detrás. Mientras conducía y se iniciaba una conversación nos pidió que si la detenía un agente de tránsito actuáramos como familia suya. Es que, si bien en Colombia las plataformas de transporte digital están legalmente autorizadas, “es prohibido prestar un servicio de transporte público con un vehículo registrado como de uso particular”. Y tal parece que la mayoría de dichos conductores mantiene su vehículo como privado.
“Con los del Ejército no hay problema”
Al día siguiente, tras almorzar en un restaurante, pedimos un Uber. El conductor era un hombre medio cascarrabias que hablaba y hablaba sin cesar hasta que, de pronto, en una vía arbolada sin casas lo detiene una pareja de militares. Le piden sus documentos, y mientras uno los examina con minuciosidad, el otro echa un vistazo de lejos al asiento de atrás, donde estamos nosotras. No dicen nada y le devuelven los documentos. El conductor nos explica: “Con los del Ejército no tenemos problemas. Es con los agentes de Tránsito, esos sí nos dan muchos problemas”. Entre otras cosas, por llevar pasajeros en vehículo privado les pueden multar.
Proyecto de ley para usar vehículos privados
Ya habiendo regresado a Santo Domingo, leí que varios representantes de partidos políticos habían presentado un proyecto de ley en el Congreso de Colombia para permitir que “vehículos particulares ofrezcan servicios de movilidad a través de aplicaciones digitales”. Mientras no se apruebe, los conductores podrán seguir teniendo problemas. Y el cliente en tensión para que no los tenga mientras viaja en el vehículo.
Agentes del sector turístico aceptan dólares
En Colombia las compras en cualquier local comercial se pagan en pesos colombianos. O con tarjetas de crédito o débito. No aceptan dólares en efectivo. Sin embargo, quienes trabajan en el sector turístico no dudan ni un momento cuando se les pregunta si prefieren que se les pague en pesos colombianos o en dólares. “Dólares” es la rápida respuesta de un guía que, al recibir un billete de 100 dólares, que comprende todo un día llevándonos por diversas rutas en su vehículo, además de una propina, se deleita mirando el billete. Y dólares sueltos son los que uno da a los “bellboys” del hotel cuando llevan las maletas y a quienes, en la zona turística de la Comuna 13, piden apoyo a su actividad (arte, baile…), señalando una caja para el dinero. Con gusto reciben la ayuda: dos, tres dólares sueltos…