La Vida

En España: vacaciones con un poco de todo

La primera parada fue Madrid, en un hostal de la calle Arenal donde hay variedad de bares y restaurantes.

Viajes 20 de noviembre Plaza Mayor de nocheManolo Serrano

CARMEN UREñA RAMOS ESPECIAL PARA LISTIN DIARIO

¿En busca de unas vacaciones con todo un poco? ¡Considera a España! Conocida por su cultura, sus tapas, siestas y más, este país europeo ofrece experiencias para todo tipo de viajero. Aprovechando la temperatura fresca y la temporada baja del otoño, mi pareja y yo decidimos brincar el charco desde Puerto Rico. Reservamos vuelo en Iberia (€ 465.53 cada boleto) y preparamos un viaje que nos llevaría desde el centro de España hasta Cantabria y de regreso. Primera parada: Madrid. Nuestro vuelo de ocho horas aterrizó exitosamente en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid–Barajas a las 10:25 am. (Este aeropuerto es el tercero con mayor superficie en Europa, solo superado por el Internacional de Estambul, en Turquía, y el Charles de Gaulle de París. Fuente: AirClaim)). En el área de taxis sobraban vehículos disponibles y nos recibió un clima frío pero agradable. (Desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad el taxi tiene tarifa fija de €30. Hay opciones más económicas como el tren y el bus o alternativas como Uber y alquiler de auto).

En Madrid elegimos alojarnos en el Hostal Arenal por su fachada antigua y ubicación en la calle Arenal que queda minutos a pie de puntos de interés como el Palacio Real y la Plaza Mayor. La calle Arenal tiene variedad de bares y restaurantes donde van personas de todas las edades. Reservamos una habitación con cama Queen y balcón privado (€200 cada noche). Al llegar, dejamos las maletas y salimos a comer. Caminamos hasta la Taberna Real, frente a la Plaza de Isabel II y el Teatro Real. Recuperamos fuerzas por €49: ensalada de filete de atún con tomate, jamón ibérico, pan con tomate y cañas (cerveza) y las tapas, gratis, costumbre muy popular en España.

Cansados, pero con buen ánimo, apreciamos el cóctel de arquitectura histórica y moderna que define las calles de Madrid. Combatimos el “jet lag” con un rico café en Café y Té y paseamos por la Gran Vía, calle de 1.36 kms. conocida como la “Broadway madrileña”, por tener una gran cantidad de cines, puntos culturales y tiendas, y por ser una cronología histórica de la arquitectura.

Decidimos conocer el ambiente de la Plaza Mayor, la icónica plaza pública, de arquitectura barroca y tres pisos que incluyen 237 balcones que reflejan los tiempos primitivos de Madrid. En el centro una estatua ecuestre del Rey Felipe III. También hay diversidad de restaurantes. ¡Una parada obligatoria!

Anduvimos hasta la Calle de los Coloreros, donde nos sedujo la cálida bienvenida del restaurante Malatesta di San Ginés. Aunque la calle es estrecha y muy transitada, nos sentamos en la terraza y disfrutamos de una deliciosa burrata. Terminamos la noche con una botella de vino tinto Roble de Ribera del Duero y volvimos al hostal a descansar para el día siguiente. (Manolo Serrano tomó las fotos para este artículo en Listín Diario).

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