La oración en la familia: camino de santidad
La Iglesia considera a la familia como la "Iglesia doméstica", el primer lugar donde se vive y se transmite la fe.
La iglesia católica dominicana para este 2024 ha elegido como lema el Año de la oración, propuesto por el Papa Francisco en preparación para el Jubileo 2025, que marcará un tiempo especial de gracia y renovación espiritual.
La oración es también el lema de la XIII edición de la caminata “Un paso por mi Familia: unidos en oración, transformamos la Nación” y es por eso que la oración para la familia es fundamental a fin de fortalecer la vida espiritual y caminar juntos hacia la santidad.
La Iglesia considera a la familia como la "Iglesia doméstica", el primer lugar donde se vive y se transmite la fe. En este contexto, la oración no solo une a los miembros del hogar, sino que también les permite crecer juntos en la fe.
La oración familiar favorece que padres e hijos experimenten juntos la presencia de Dios. En Amoris Laetitia (n. 227), El Papa Francisco afirma que: “Orar en familia fortalece el amor y la fe, permitiendo que la familia enfrente los desafíos actuales con esperanza” creando espacios de oración, para poner la familia en las manos del Señor.
A través de leer y estudiar la biblia, orar antes de las comidas, rezar el rosario, ir a la misa dominical, «la familia que reza unida permanece unida».
Todo esto ayuda a construir un hogar lleno de paz y comprensión, pues la oración no solo fortalece la relación con Dios, sino también los lazos entre los miembros de la familia.
Los documentos de la Iglesia enfatizaban que la familia, al vivir la oración, se convierte en una comunidad de amor y fe. Asimismo, en la Carta a las Familias (n. 18), San Juan Pablo II menciona que, a través de la oración, los padres enseñan a sus hijos a reconocer la presencia de Dios, fomentando una relación profunda con Él.
La oración en familia fortalece la espiritualidad personal, crea un ambiente donde el amor de Dios se vive y se comparte en cada gesto.
El Catecismo de la Iglesia Católica (n. 2205) reafirma que la familia es llamada a ser un lugar de oración, donde se cultivan la fe y los valores cristianos.
En definitiva, el deseo del Papa Francisco es que este año sea un tiempo de especial de Gracia, donde toda la Iglesia será invitada a renovar su fe y su compromiso con el Evangelio.
Al hacer de la oración el centro de la familia, cada hogar se convertirá en un santuario de oración, viviendo el amor a Dios y caminando hacia la santidad.