Salud mental
Pensamiento suicida: un grito de “ayuda” para matar el sufrimiento
La psicóloga Vanessa Espaillat es seguidora de la teoría de que cuando una persona atenta contra su vida, lo que realmente quiere es matar el estado emocional en que se encuentra.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año, más de 720.000 personas en el mundo fallecen por suicidio y muchos más lo intentan. La mañana del domingo 27 un joven de unos 17 años acudió a las instalaciones de Listín Diario buscando ayuda. Dijo que tenía pensamientos suicidas y quería saber adónde ir para ser atendido.
Mientras el personal de trabajo del periódico hacía las gestiones de contacto con centros de salud, el joven, al parecer asustado, salió corriendo, dejando una sensación de incertidumbre y preocupación. Afortunadamente su madre la llamó en el transcurso del día e informó que su hijo había llegado sano y salvo a su casa.
Ante esta situación, la doctora en psicología, Vanessa Espaillat, explica que “cuando una persona pide ayuda hay una parte de sí misma que quiere vivir y, de esa parte es de la que tenemos que agarrar, ya que esa 'porción' que buscó ayuda no quiere tentar contra su vida”, sostiene.
En este punto cita la idea del autor Karl Augustus Menninge, que dice que en el fondo, nadie quiere suicidarse; lo que quiere es acabar con el sufrimiento. “Al final, es matar el sufrimiento; no es tanto matar la persona, lo que soy…, sino matar el sufrimiento que tengo dentro de mí”, manifiesta la experta.
Saber manejar el caso
Sobre cómo evitar los pensamientos suicidas, la doctora indica que esto no se logra de un día para otro, y que en esta situación lo que más ayuda es el diálogo con una persona que pueda saber cómo manejar estas circunstancias y que la persona afectada pueda encontrar recursos para usarlos en el momento.
“Es importante ese diálogo con alguien que sabe entrar en tu mundo, ver qué te pasa, reconocer tu desesperanza, validar tu dolor y saber encontrar tus recursos internos para que tú puedas usarlos en ese momento para de alguna manera seguir en la vida”, recomienda la psicóloga.
Afirma que lo más importante en cuanto a prevención es la comunicación. Que en la familia haya apertura para que sus miembros puedan dialogar sobre lo que les molesta o si alguien está triste, dándoles cabida tanto a los momentos felices ya los no tanto.
“Generalmente en la familia hay mucha apertura para uno hablar de emociones positivas: estoy feliz, contenta, estoy en armonía, que lindo todo. ¿Pero, y los momentos en los que yo estoy triste o que estoy enojada, que me siento mal? Yo necesito esa apertura en la familia y muchas veces ésta no sabe cómo canalizar estas emociones negativas para que realmente haya posibilidad de expresarlas y yo pueda decir cómo me siento”, dice la especialista.
Agrega que, en la familia debe haber alguien que escuche y en quien la persona con problemas pueda confiar y que se le dedique tiempo y le ayude a pensar en soluciones, haciéndola sentir que no está sola en la vida, pues lo que más disipa ese deseo inminente de muerte es tener a alguien en quien confiar con quien pueda desahogarse y que demuestre afecto.
Sin embargo, Espaillat explica que esto, muchas veces no se hace, no por falta de amor, sino por ignorancia y por no saber cómo hacerlo. La experta expresa que a veces en la familia hay mucho dolor, duelo y perdidas no sanadas, por lo que todo eso afecta la dinámica y la calidez de la familia.
Saber manejar el caso
Sobre cómo matar el sufrimiento que invade a la persona, la profesional expresa que tiene que ir a terapias para reconocer situaciones conflictivas que pueden darse en la familia, amigos, escuela; situaciones que le provocan a la persona sentir que no vale la pena vivir o que el mundo estaría mejor sin ella.
“Cuando se van resolviendo estas situaciones que afectan la salud mental de la persona en un momento determinado, ésta poco a poco empieza a ver la luz, sobre todo, si busca ayuda también de sus propios familiares, quienes también reciben el apoyo que necesitan para poder ayudar al miembro de su familia que está en sufrimiento”, asevera la voz experta.
Explica que esto consiste en ir ayudando a la persona en ese momento de crisis a identificar quiénes son las personas que le quieren, para quién es importante y el valor de su vida para que ésta comience a ver algo diferente que le ayude a estar en la vida.
“Vamos a reforzar esa parte para que la persona pueda quedarse en el proceso terapéutico, sanar sus conflictos y encontrarle sentido a su vida”, asevera.
Unos lo piensan y otros lo hacen
El especialista sostiene que hay personas que tienen pensamientos suicidas, pero jamás ejecutarían el acto. Estos suelen hacer comentarios al respecto, pero dicen “yo no me voy a tentar contra mi vida, tengo mi familia, mis hijos, mi trabajo”. Reconocen que están pasando por un momento difícil y que le vino la idea, pero no lo harían.
Sin embargo, hay personas que tienen idea suicida y tienen el riesgo de hacerlo porque planifican paso a paso lo que van a hacer, por lo que estos necesitan ayuda rápida para que puedan distinguir todos los aspectos de su vida que pueden sostenerle.
“El amor de la familia, de los amigos, de las personas para las cuales tú eres importante, lo que tú puedes hacer en la vida que es hermoso, lo que puedes dejar. Trabajando todos los aspectos esos poco a poco y trabajando el dolor, el enojo y la tristeza que está guardada, esa persona poco a poco va recuperando el estado anímico”, dice Espaillat.
Agrega que en este punto la persona requiere medicación y tiene que haber una intervención multidisciplinar en donde los psiquiatras hacen su parte y los psicólogos la que le corresponden.
Cómo lograr una buena salud mental
Según la profesional, lograr una buena salud mental depende de muchos aspectos, siendo el más importante, los primeros años de vida, la calidad de relación que se haya tenido con las figuras primarias, el afecto que se haya recibido y que haya crecido la autoestima. .
“Después en la escuela, que haya tenido buena acogida de mis maestros y de mis compañeros, que no me sienta allí aislado, excluido o discriminado por algún prejuicio social y que yo percibí ese rechazo porque eso duele profundamente”, explica Espaillat, directora del Centro de Formación y Psicoterapia (Continuum), donde acaba de impartir un taller sobre el suicidio en adolescentes, dirigido por el italiano Maurizio Andolfi, pionero de la terapia familiar sistémica.
La profesional indica que por eso la prevención del acoso escolar en los centros educativos es tan importante, mientras, la familia es el sustento del amor, del afecto y de los límites para que el niño pueda crecer sano, sabiendo cómo comportarse en la sociedad para que pueda ir por un camino de bien, siendo además como una persona especial, amada e importante.
Salud mental del país
Para la doctora, el país está en mucha necesidad de ayuda, ya que las autoridades de salud mental hacen lo mejor que pueden, pero necesita más recursos económicos y más psicólogos.
A su juicio, el país ha pasado muchos años olvidando a la población dominicana, donde hay una diferencia social, cultural y económica muy grande, en la que los barrios marginados pasan por situaciones de dolor, duelo y falta de oportunidades. Esto genera en las personas que allí viven, depresión por una falta de fe y de esperanza.