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RELATO

Con síndrome de Down y autismo: Amelia y Sergio demuestran que para el amor no hay barreras

  • Testimonio. Son los protagonistas de la obra ‘El amor al otro lado de la pared’, en la que dejan evidenciado que cuando se habla de estas condiciones, no sólo se puede pensar en niños y niñas, sino en jóvenes que viven con ellas y que se enamoran, sufren por amor y lo superan.

Amelia y SergioLeonel Matos / LD

“Yo tengo 33 años y el nueve de diciembre voy a cumplir 34”. Con ese dato se despachó Amelia Brea Bermúdez cuando, junto a Sergio Acosta Rodríguez visitó LISTÍN DIARIO para hablar del “romance” entre ambos. Así como lo leen, ella, que vive con la condición de Síndrome de Down y él con autismo, están locamente “enamorados”. Para sentir esas mariposas en el estómago, se irán a un lugar donde pueden vivir ‘El amor al otro lado de la pared’.

Esta hermosa historia romántica de Amelia y Sergio es la protagonista de hoy. Tristemente, su romance no es real, pero sí lo vivirán a plenitud en una obra de teatro en la que demuestran que para el amor no hay barreras. Están emocionados con este nuevo proyecto. Hasta la pose de Amelia para hacerse las fotos, refleja el entusiasmo y la coquetería que de seguro mostrará en escena. Sergio, más tranquilo, pero igual, dejó al descubierto su alegría porque en esta ocasión tendrá un papel de enamorado.

Ambos están conscientes de que es en la obra inclusiva que se enamoran “hasta los huesos”, pero al preguntársele a Amelia sobre si tiene novio, no dudó en dar una de sus ocurrentes respuestas. “Yo tenía uno ahí, pero lo boté, lo que no sirve hay que botarlo, soltarlo... hay hombres por todos lados”. Lo dice y de inmediato deja claro que cree en el amor y que quiere casarse para tener una hija. Por el momento es tía y pronto lo volverá a ser.

Sergio todavía no ha experimentado este tipo de vivencias, al menos no contó ninguna. “Hay tiempo para todo”, entiende. ¿Pero te has enamorado, hay alguna chica que te haya gustado? Se quedó callado y su cara advirtió que no estaba conforme con la interrogante. ¿No quieres responder? “No”. Se limitó a contestar y a seguidas, dijo: “Estoy muy joven todavía, eso vendrá”. El 31 de este mes de octubre es cuando cumplirá 24 años. En lo que llega Cupido, él vivirá su experiencia en la obra.

No es sólo cosa de niños

Cuando se habla de Síndrome de Down o de autismo, por lo regular la gente visualiza a niños y niñas.No se detiene a observar que hay jóvenes que viven con una de estas condiciones y que se enamoran, sufren por amor y lo superan. Precisamente, eso es lo que quiere destacar la obra de Wendy Quéliz y Nelson Almánzar, que se note que el amor no tiene barreras.

Tan claros están sus protagonistas que, Sergio no perdió tiempo en hacer notar que ellos ponen todo de su parte para hacer un buen papel y que comience a verse a los adultos con síndrome de Down o autismo como seres que llevan una vida normal y, que dentro de esa normalidad, está el amor.

Amelia

Amelia no opina diferente, y más ella, como ha confirmado, se enamora de verdad, vive su relación hasta donde dure y “si se acabó se acabó, se busca otro y punto”. Se pone seria. “Y más tú que eres una muchacha bella y que gusta”, se le dijo, a lo que argumentó: “¡Así mismo, yo gusto, sí!”. Sonríe.

¿Cómo se sienten actuando?

“A mí me gusta actuar, me siento libre, siento felicidad, y que soy yo mismo. Es una oportunidad para que también vean mi potencial, por eso agradezco a quienes han creído en mí y en mi talento”. Esa es la respuesta de Sergio, a través de la cual muestra su pasión por el teatro. Desde hace muchos años trabaja en el área.

Para Amelia, el teatro es como su diario vivir. Desde muy chiquitita se ha expuesto al público. “Yo amo eso, me gusta, me siento libre, feliz cada vez que actúo, y lo más importante, orgullosa de lo que hago”. Está clara en que es buena actriz y se lo reconoce. Espera dar lo mejor de sí, junto a Sergio en ‘El amor al otro lado de la pared’.

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