violencia sexual
Miedo, vergüenza, temor a no ser creída: ¿Por qué no se denuncia la violencia sexual?
A pesar de que cada día se denuncian en España 14 violaciones y 55 delitos contra la libertad sexual, según datos del Ministerio del Interior español relativos al primer semestre de 2024, existe un gran nivel de infradenuncia de la violencia sexual.
Miedo a no ser creídas, temor al agresor, vergüenza, cuestionamiento, restar importancia a la agresión, no querer pasar por un procedimiento judicial revictimizante e incluso la culpa son los motivos que llevan a las víctimas de violencia sexual a no denunciar los hechos.
El debate sobre este asunto regresó a España tras el abandono de la política de Íñigo Errejón, hasta ayer diputado de Sumar –socio minoritario del Gobierno socialista–, una dimisión que se produjo después de que se hicieran públicas en redes sociales denuncias anónimas sobre sus comportamientos sexuales y en el ámbito de las relaciones íntimas, unos hechos reconocidos por el político.
Horas después, la actriz Elisa Mouliaá anunciaba en sus redes sociales que había sido "víctima de acoso sexual" por parte de Errejón e interponía una denuncia ante la policía. A pesar de que ha habido varias denuncias anónimas, sólo Mouliaá lo hizo público y denunció.
Infradenuncia
A pesar de que cada día se denuncian en España 14 violaciones y 55 delitos contra la libertad sexual, según datos del Ministerio del Interior español relativos al primer semestre de 2024, existe un gran nivel de infradenuncia de la violencia sexual.
El 13,7 % de las mujeres de 16 años o más ha sufrido violencia sexual en España. Solo el 8 % de las víctimas que padecieron violencia sexual fuera de la pareja la denunció, según la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer.
¿Por qué las víctimas de violencia sexual siguen siendo reticentes a interponer denuncia?
Preguntadas por los motivos por los que no denunciaron las agresiones, las víctimas contestaron que no concedieron importancia a lo sucedido (30,5 %), la vergüenza (25,9 %) y el temor a no ser creídas (20,8 %). Muchas respondieron que la agresión se cometió cuando eran menores (35,4 %) o que se perpetró en tiempos en los que "no se hablaba de estas cosas" (22,1 %).
La psicoterapeuta especializada en trauma Chelo Álvarez, secretaria de la Asociación de Psicología y Psicoterapia Feminista, explicó a EFE que las víctimas tienen "mucho miedo a que no las crean, a un procedimiento judicial que en muchas ocasiones es largo y revictimizante"; que sienten culpa y vergüenza y se ven en riesgo de ser señaladas y cuestionadas por romper el silencio.
La magistrada y exdelegada del Gobierno contra la Violencia de Género Victoria Rosell incidió en que las instituciones deben pensar en ese miedo de las víctimas –al agresor, a las consecuencias de la denuncia–, "que tiene mucho que ver con no confiar en que te vayan a proteger".
"Es muy importante que las víctimas sepan que el Estado las cree y les puede brindar una protección distinta de la penal sin denuncia, si todavía no están listas", sostuvo.
Rosell recomendó a las víctimas que guarden todas las pruebas y que vayan a un centro sanitario tras una agresión para que puedan preservar pruebas biológicas por si en el futuro quieren interponer denuncia.
Agresores poderosos
Las expertas precisaron que cuando el agresor sexual es un hombre poderoso, las víctimas lo tienen más difícil para dar el paso.
Álvarez señaló que cuando los agresores tienen poder y relevancia pública (futbolistas, cineastas, políticos), la víctima sabe que va a entrar en un proceso de señalamiento, objeto de persecución de los medios de comunicación y juicio público.
La psicoterapeuta incidió en que hay que respetar siempre las decisiones y los tiempos de las víctimas, tanto si quieren contarlo o denunciarlo como si no, y subrayó la importancia de que existan servicios especializados a los que acudir.
La Macroencuesta apunta que el 39,9 % de las víctimas de violencia sexual contó lo sucedido a una amiga y el 28,3 %, a su madre. Una de cada cuatro (26,6 %) no se lo contó a nadie.
Solo el 42,9 % de los padres, el 37,9 % de las madres, el 30,5 % de las parejas y el 20,1 % de las amigas aconsejaron a la víctima denunciar.
La gran mayoría de las víctimas de violencia sexual no buscó ayuda formal tras lo sucedido.