Fábulas en alta voz
Un ‘Chapulín Colorado’ para los niños de RD
Por años, las figuras protectoras de todo niño han sido sus padres, sobre todo, la madre, que es la que no sólo ofrece amor y ternura, sino que tiene una conexión directa que viene desde el vientre. Ver cómo hay casos en los que se ha debilitado ese refugio seguro para ellos crea heridas en el corazón de quienes se conmocionan cuando ocurren hechos que los convierten en víctimas de sus propios progenitores. Tres casos horrendos marcaron la sociedad dominicana la semana pasada. Ante lo ocurrido a tres niñas por parte de sus propias madres, de vedad que crea la necesidad de que llegue un ‘Chapulín Colorado’ que pueda defenderlos.
Violencia vicaria
Este tipo de agresión cobra cada día más fuerza en nuestro país. Padres que les hacen daño a los hijos para castigar a la mamá y viceversa. Aunque, en los hechos en que una madre decapitó a su niña, otra se lanzó al vacío con la suya y otra maltrató con un arma blanca a su pequeña no hay evidencia de que se haya tratado de violencia vicaria, es importante que se sepa que son muchos los niños que están pagando por las dificultades maritales de sus padres. Hay que ponerle un alto a esto. No es posible que los menores de edad no estén seguros ni bajo el “cuidado de sus padres y madres”. La salud mental y otras razones le están ganando la batalla al raciocinio y al amor fraterno.
Un viaje para buscar quien los defienda
Los tristes y desgarradores hechos me llevaron a visitar una ciudad fabulosa para buscar allí a un ‘Chapulín Colorado’ que venga a proteger a los niños que están en peligro dentro de su propia casa. No importa la torpeza que pueda tener ese personaje, sus acciones siempre serán más protectoras para ellos que la ira y la furia con que sus propios familiares reaccionan en su contra, a veces por cualquier ‘quítame esta paja’. Es tan penoso saber que en la realidad son muchos los que reciben insultos, golpes, maltratos de toda índole, descuido… Sin dejar de mencionar a los que son víctimas de negligencia por parte de padres irresponsables que los dejan en la casa con velas prendidas, puertas cerradas y en medio del peligro y la necesidad. Por más desacatos que haga el hombre de las “antenitas de vinil” sus torpezas serán más nobles que los abusos que se están cometiendo contra niños y nñas.
Regreso con las manos vacías
Lloré cuando tuve que regresar a esta lamentable realidad con las manos vacías. No fue posible traerles a su Chapulín. En aquella ciudad fabulosa con un solo basta y su trabajo es más para entretener que para proteger. Ellos son los príncipes y princesas del lugar. Los padres están para, si es preciso, dejar hasta el pellejo cuando la situación lo amerita. Me dolió que niños y niñas de aquí no cuenten con gente que los cuide, así como saber que son tantos sus detractores, que dos antenitas de vinil no darían abasto para detectarlos.