Liderazgo compartido: Transformando la comunidad al innovar la educación superior

¿Recuerdas aquel trabajo grupal en el colegio? Ese trabajo de Ciencias Sociales para el cual debían entregar una cartulina y presentar frente a toda la clase. Tal vez puedas recordar una entrega durante tu carrera universitaria en la cual fuiste quien hizo todo el trabajo. ¿Quién determinó que tú eras el/ la líder? ¿Te seleccionaron o cada miembro asumió una parte del trabajo? ¿Cuál compañero eligió el tema a presentar? Quizás estos detalles no los recuerdes, pero sí recordarás que hubo un proceso de crecimiento, un aprendizaje y un resultado. 

Las dinámicas grupales son parte de la vida. Para formar parte de un equipo, ya sea en el ámbito personal, recreacional o profesional, se requiere cierto nivel de liderazgo y autogestión, y en el contexto universitario, estas habilidades son particularmente relevantes para el éxito del estudiante. 

 La palabra “líder” ha sido utilizada en las últimas décadas para reemplazar a los jefes, supervisores o cabezas de familia, sin embargo, el liderazgo ha evolucionado para que en los equipos exista más de un líder. En las actividades académicas de servicio a la comunidad, por ejemplo, al educador actuar como referente y guía desde la distancia, se crea el ambiente perfecto para que los jóvenes experimenten un crecimiento personal difícil de conseguir en otro tipo de dinámica universitaria. En este contexto, florece entre los estudiantes el liderazgo compartido.  

El liderazgo compartido distribuye responsabilidades y toma de decisiones entre los miembros de un equipo a través de mutuo empoderamiento. Esta habilidad permite a los y las estudiantes integrar capacidades, conocimiento y experiencia para alcanzar objetivos comunes, fomentando un ambiente de trabajo más inclusivo y positivo. Las universidades, como entornos de aprendizaje, fomentan habilidades blandas como la comunicación, colaboración y resolución de problemas. En proyectos universitarios, fomentar el liderazgo compartido enriquece la experiencia educativa, apoya el sentido de responsabilidad colectiva, la participación democrática y prepara a los estudiantes para los desafíos del mundo laboral. En un país que cuenta con líderes jóvenes, el liderazgo compartido provee en los equipos una mesa redonda en la cual el “sombrero” de líder se “pasa” a quien el proyecto o iniciativa necesite de guía en cualquier momento dado.   

Estudios Liberales

Un ejemplo destacado de liderazgo compartido es la iniciativa “2030” en la Universidad Iberoamericana, Unibe, en colaboración con la ONG internacional TECHO, para unir esfuerzos de acción social para impactar comunidades vulnerables en Los Alcarrizos. Desde mayo de este año 2024, más de 130 estudiantes han co-creado proyectos que abordan diversos aspectos dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La selección de los mismos fue respaldada por un levantamiento de datos, a través de encuestas realizadas in-situ a más de 80 familias del municipio.

La estructura jerárquica de responsabilidades flexible es una respuesta a la complejidad del entorno organizacional laboral y educativo actual. La relevancia del liderazgo compartido del proyecto “2030” es evidente en los resultados obtenidos, los cuales demuestran que este concepto no es solo una teoría atractiva, sino una práctica efectiva que puede transformar la educación universitaria y, a su vez, contribuir al desarrollo sostenible de nuestras comunidades.  

La autora, Bianca Lajara, es una destacada profesional de la gestión de proyectos, con una amplia trayectoria dentro de la docencia universitaria. En la actualidad es coordinadora del área de Compromiso Comunitario de Unibe.  

En esta casa de altos estudios se llevan a cabo numerosas estrategias, incluyendo asignaturas, talleres, seminarios, voluntariado, proyectos y actividades prácticas para fomentar en sus estudiantes un liderazgo que impacte positivamente la sociedad local y global.