REALIDAD Y FANTASIA

El vuelo de un ángel

María Cristina de Carías

María Cristina de CaríasArchivo LD

Se ha ido y yo me rehúso a creerlo, mi amigo, mi hermano de la vida, voló a la morada eterna, dejándonos desbastados y llenos de tristeza y confusión.

César Iván Feris Iglesias, era un ser especial, de esas personas que solo surgen de vez en cuando, para iluminar el camino de los que la vida le pone por delante.

Fue un arquitecto especializado en restauración de monumentos, en el primer programa que la UNESCO patrocino, en la universidad delos Estudios de Roma, Italia, en donde se doctoro. Su carrera como profesional, llenaría varios volúmenes. Su personalidad carismática, atraía irremediablemente a todo el que lo conocía y trataba. Un caballero a carta cabal, de modales impecables y sonrisa a flor de labios, sin distinción de credos, razas, o estatus social, él era amigo incondicional de cualquiera que lo necesitara, ya sea. en un apuro o enfermedad y también de aquellos que necesitaban de consejos, cuando atravesaban por un gran problema o conflicto.

Participó activamente en el programa que la iglesia católica implemento, llamado “Pastoral de la salud” creado para ayudar con medicamentos a los necesitados.

Pero su impecable trayectoria, no se limitó a obras de bien social y de caridad, fue fundador de la Universidad Católica Santo Domingo, creada para aquella gente que se quisiera formar en alguna profesión, después del duro trabajo diario. Profesor universitario durante largos años, generaciones de arquitectos que pasaron por su catedra, testifican, hoy, su forma de enseñanza y su carisma como experto en la profesión.

Durante su fructífera vida, trabajo en múltiples residencias, en su faceta de interiorista y paisajista.

No contento con todo esto, dedico sus esfuerzos a la restauración integral del convento e iglesia de los Dominicos, en la zona colonial y, además, restauro la iglesia mayor de Santiago de los Caballeros y la iglesia de su ciudad natal, San Pedro de Macorís.

Su enorme talento, los estudios e investigaciones que llevaba a cabo, lo condujeron a presidir el AICA, Asociación de críticos de arte, dependiente de la UNESCO, por varios periodos consecutivos. Asi como del grupo de la Universidad APEC, dedicado a la propagación de la cultura, del que permaneció como miembro ad vitan, hasta la hora de su muerte. De este arquitecto y ser humano excepcional, todos cuentan anécdotas diferentes, puesto que toco muchas vidas.

Yo tuve la fortuna de trabajar con él, durante su gestión como director de Patrimonio Monumental. Antes había sido Director de las Casas Reales y también Director del programa de Restauración de Monumentos, a la muerte de don Moncito Báez.

Su exquisito trato, estaba adornado con un verbo digno de admiración. Era un orador nato y podía prolongar sus discursos y charlas, mientras tuviera

una audiencia embelesada por su forma de expresarse y su sapiencia. Con él a la cabeza, recorrimos el país entero, sembrando por doquier el amor por nuestra herencia y por las bellezas de esta tierra privilegiada.

En los últimos años, nos dedicamos a escribir en los diarios, sobre nuestra única ciudad primada y su maravillosa arquitectura, única en América. Con la intención de que propios y extraños, supieran del tesoro que poseemos y que podemos mostrar con orgullo, al mundo entero. Nos asociamos con el arquitecto Cesar Langa, para escribir en el diario El Día, del grupo Corripio, una página, durante más de tres años, en la que recorrimos la antigua ciudad, de punta a punta. El último artículo, hecho en vísperas de su muerte, lo vera dese un resquicio del infinito.

Cesar Iván fue único y será muy pero muy difícil que surja alguien que se le compare, fue de esos seres, que de vez en cuando pone el Creador sobre la tierra para iluminar el camino de muchos.

Solo resta conformarnos con los designios Divinos, guardar su recuerdo y tratar de seguir su esplendido ejemplo.

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