La ansiedad, enemiga del ‘trading’

Deja contarte la historia de un inversionista ficticio al que llamaremos George, quien se desempeñaba como ‘trader’ de criptomonedas. Desde que inició en el negocio había escuchado que “si quería ser más exitoso que los demás, debía hacer lo que los demás no hacen”. 

Así, pues, empezó a estudiar más, dormir menos, comer sin una dieta balanceada y aislarse de su círculo de amigos pasando largas jornadas frente a la computadora.

Como consecuencia, la ansiedad se hizo presente, afectando su atención y toma de decisiones. Abría posiciones considerables sin investigar adecuadamente, movido por un impulso de optimismo irracional. En otras ocasiones, a pesar de las señales de alerta, no cerraba las posiciones a tiempo, creyendo que los precios seguirían subiendo. En resumen, cada día veía cómo su malestar emocional aumentaba, mientras su rentabilidad disminuía.

Ni tonto ni perezoso, George empezó a leer libros de inteligencia emocional, entrenamiento mental y psicología para ‘traders’. Teóricamente sabía qué ocurría con él, pero ni los libros ni las respuestas de Google eran suficientes para calmar su ansiedad; y es que, cuando hay miedo, la razón se apaga.

Ayuda a tiempo

De ahí que la ansiedad comenzó a paralizarlo. El miedo a cometer más errores le hizo perder oportunidades valiosas. George se encontraba incapaz de disfrutar de su vida fuera del trabajo y su salud, tanto física como mental, se deterioraba. Desesperado, empezó a cuestionar si valía la pena seguir en el negocio de las criptomonedas.

Dispuesto a cambiar su situación, George decidió buscar ayuda profesional. Comenzó un proceso psicoterapéutico y descubrió que las prácticas de meditación también le ayudaban. El primer cambio que notó fue la mejoría en su calidad de sueño y, a partir de ahí, cómo su cuerpo se sentía menos tenso y capaz de ser consciente de las creencias (erróneas o no) al momento de tomar decisiones.

Si te identificas con la historia y quisieras mejorar tu calidad de vida, no dudes en buscar ayuda con un profesional. La mejor inversión es la que realizas en ti mismo.

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El autor es psicólogo 

Grupo Profesional Psicológicamente