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Día Mundial del Vitiligo: el estrés puede ser un desencadenante de la enfermedad
Se estima que cerca de un 2 por ciento de la población sufre esta enfermedad que ocurre concretamente por la falta de una célula: el melanocito
Para el vitiligo, la radiación ultravioleta del sol “realmente sí que puede tener efectos beneficiosos, porque puede ayudar a repigmentar, pero por otra parte la piel afectada no tiene protección porque no tiene melanina, con lo que está más expuesta a una quemadura”.
Así lo afirma Teresa Truchuelo, dermatóloga en el hospital Vithas Nuestra Señora de América y en Vithas Internacional, quien no duda en recomendar tomar el sol pero con precauciones: no más de 10/15 minutos y nunca a las horas centrales.
Se estima que cerca de un 2 por ciento de la población sufre esta enfermedad que ocurre concretamente por la falta de una célula: el melanocito. Las demás células que componen la piel no desaparecen, no se encuentran alteradas.
“Aunque las lesiones son asintomáticas, esta patología tiene un importante impacto negativo a nivel psicológico, porque puede influir, y mucho, en el ánimo de quien la padece lo que redunda notablemente en la calidad de vida de los pacientes y es una circunstancia que no se debe menospreciar”.
Hay numerosos estudios publicados sobre el impacto en la calidad de vida de las personas con vitíligo, hasta el punto, añade la experta, “de llegar a depresión e incluso suicidio”. Por eso hay que tener en cuenta el impacto negativo porque el paciente puede necesitar apoyo psicológico.
Los lugares donde las manchas blancas aparecen con mayor asiduidad son en las manos, los pies, las rodillas, los codos, y el rostro. En casos más raros puede darse en los genitales, la espalda, el torso, las piernas y los brazos, incluso en el pelo.
Aunque es frecuente que debute en la infancia o adolescencia, puede aparecer a cualquier edad. Su progresión es impredecible y afecta casi por igual a hombres y mujeres, de cualquier raza, y no es contagiosa.
Vitiligo: el estrés es desencadenante
Las causas de la enfermedad son desconocidas. Está comprobado que existen distintos factores implicados, la causa, por tanto, es multifactorial.
Existe el factor genético, pero hay desencadenantes como el estrés: ”un episodio de estrés actúa a través del sistema inmunológico y como el vitíligo es una enfermedad autoinmune, un disgusto o un periodo de estrés puede desencadenar un brote.
También los roces en codos, muñecas, tobillos pueden producir una lesión de vitíligo, y aunque “la incidencia no está aumentado, cada vez se consulta más porque, aunque es una dolencia que no molesta, sí hay mayor preocupación por la estética” ,
La evolución depende mucho de cada paciente, en algunos incluso se puede frenar, otros recuperan el color, pero los hay que no consiguen revertir la situación.
Tratamientos
En cuanto al manejo en consulta, en primer lugar es necesario descartar su asociación con otras enfermedades autoinmunes.
Después, lo que se hace, por una parte, es intentar frenar la progresión con corticoides tópicos o inmunomoduladores tópicos, incluso, en casos de progresión muy rápida, esos corticoides se dan por vía oral.
“En este sentido, un modo más novedoso sería la aplicación de lo que llamamos minipulsos de corticoides, que consiste en darlos solo dos días a la semana en dosis muy bajas, lo cual nos permite utilizarlos durante más tiempo con menos efectos secundarios”.
Además, y siempre según la doctora Truchuelo, se suele recetar vitamina D, “puesto que se ha visto que estos pacientes suelen tener un nivel bajo”.
Todo ello se suele combinar con la fototerapia: “consiste en intentar estimular con radiación ultravioleta esos melanocitos afectados para que vuelvan a fabricar melanina”.
“También podemos emplear láser Excimer, un tipo de láser ultravioleta que usamos para zonas más localizadas. Lo ideal es combinar las distintas opciones”.
El maquillaje es también una buena opción para los afectados, se trata de una maquillaje camuflaje , que resulta también un buen apoyo emocional.