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Robert Gilliam, el empresario norteamericano que construye esperanzas en RD, un clavo a la vez

Además de participar de las jornadas de construcción de viviendas en el país, el empresario norteamericano, a través de su empresa, ha asumido el compromiso de donar fondos a la organización sin fines de lucro para continuar impulsando la lucha contra la pobreza.

Robert GilliamAnna Medrano

“Responsabilidad Social”, un concepto que, probablemente, todos hemos escuchado. Se refiere a la misión social de empresas y corporaciones que buscan devolver al entorno en el que desarrollan sus operaciones un poco de la esperanza perdida desde que comenzó la industrialización de las grandes metrópolis durante la segunda mitad del siglo XVIII.

Y, pese a que es un concepto ampliamente asumido por muchas empresas, dentro y fuera del territorio dominicano, es poco común ver el compromiso encarnado en los altos representantes de esas corporaciones que, en papel, han proclamado un compromiso para con la sociedad y con el medio ambiente.

Es por esto que la visita al país de Robert Giliam, empresario norteamericano basado en el estado de Filadelfia, llama la atención. Gilliam es el presidente ejecutivo de Vanguard Claims, una exitosa aseguradora norteamericana reconocida internacionalmente, cuya labor se enfoca en ofrecer soluciones prácticas a dueños de viviendas afectadas por el paso de huracanes en todo el territorio de los Estados Unidos.

Gilliam visitó el país recientemente, con la intención de poner manos a la obra y, junto a TECHO República Dominicana, construir un mejor futuro para la familia de Juana Iris Florentino, una joven madre de seis que atraviesa una situación de vulnerabilidad en la comunidad El Progreso IIB de Los Alcarrizos.

Gilliam visitó el país recientemente y junto a TECHO República Dominicana construyó un mejor futuro para la familia de Juana Iris Florentino.Anna Medrano

Es la segunda vez que el empresario vista el territorio dominicano –la primera vez fue en otoño de 2023, para participar, junto a TECHO, de una construcción masiva en la provincia Hato Mayor–, en esta ocasión, para desplazarse a la comunidad de Los Alcarrizos, donde la referida organización ha construido más de tres decenas de casas, construcciones que le han llevado a beneficiar a varias familias y casi un centenar de comunitarios, especialmente a niños y envejecientes, residentes en la zona, con una vivienda en mejores condiciones.

¿Su motivación?

En una entrevista exclusiva para Listín Diario, el empresario norteamericano explicó que, por más de 25 años, la empresa que fundó hace casi tres décadas se ha dedicado a ayudar a personas que pagan una mensualidad con reclamaciones asociadas a daños causados por huracanes en todo el territorio estadounidense. Sin embargo, nos cuenta, que en ocasiones se encontraba atado de manos, en el sentido figurado, sin la posibilidad de ayudar a personas que, pese a que lo necesitaban, se les dificultaba cubrir los servicios ofrecidos por su compañía.

“Después de 25 años, llegué a un punto donde ya no quería sentarme y no hacer nada al respecto”, detalla sobre el momento en que decide tomar acción y hacer algo al respecto. Fue entonces cuando Gilliam, con tan solo una búsqueda rápida en Google, se topó con el trabajo que viene realizando TECHO en América Latina desde 1997, y decidió, a sus 57 años de edad, asumir un nuevo desafío personal y profesional. “Es imposible resolver esta problemática por mi cuenta, pero puedo hacer algo para mejorar la vida de alguien”, añade.

“Ha sido una travesía… Inicialmente vine con la idea de ‘bueno, vamos a construir una casa’; pero no fue solo eso".Anna Medrano

Para Gilliam, ser partícipe de la misión de TECHO de construir un mundo con menos pobreza trasciende la misión corporativa de Vanguard Claims; es una labor que le hace bien, a su cuerpo, su mente y su espíritu.

“Ha sido una travesía… Inicialmente vine con la idea de ‘bueno, vamos a construir una casa’; pero no fue solo eso. Es la oportunidad de poder ayudar a alguien, con un grupo de personas que están realmente comprometidas con hacer un cambio en la sociedad, y de verdad es fascinante lo involucrados que están todos aquí; los voluntarios, las familias, los comunitarios”, detalla.

A sus 57 años, nos confiesa, no planea parar. Gilliam quiere regresar a República Dominicana –país que conoció gracias a esta iniciativa– y, probablemente, explorar otros destinos de la región donde TECHO trabaja con las comunidades.

El empresario tiene la intención de involucrar a su familia y a los colaboradores de su compañía en las actividades de la organización en la región. Pero, mientras ese momento llega, Gilliam se va con la satisfacción de haber aportado, un clavo a la vez, a construir un mejor futuro para una Juana Iris, una madre soltera de seis niños a los que, hasta ahora, no conocía.

“Soy una persona espiritual; fui criado en un hogar cristiano. Y creo que un principio fundamental de cualquier religión es hacer el bien. Hacer el bien por aquellos que están en desventaja. Y, construyendo una vivienda de la manera en que lo hemos hecho aquí, hacemos bien en niveles fundamentales para una familia que, quizás, no tiene el espacio suficiente para poner a sus hermosos hijos”, explica; “es una experiencia verdaderamente gratificante para el alma”, concluye. 

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