Día del Libro: Mitos y realidades sobre la salud ocular y la lectura

En una jornada en la que los libros son los protagonistas, la salud tampoco podía faltar. En este sentido, el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV) despeja las dudas para que disfrutemos de la lectura sin que nuestros ojos se resientan.

Desde esta clínica, el oftalmólogo Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso afirma que tanto en las redes sociales como en la calle circula mucha información sobre los buenos o malos hábitos relacionados con la forma en la que leemos y advierte de que "no todos son ciertos y otros muchos tienen matices".

¿La lectura en dispositivos digitales es malo para los ojos?

El IOFV asegura que los libros en papel son la opción favorita de los españoles pero muchos los reemplazan por los dispositivos electrónicos. Éstos están ideados "para tener una experiencia lectora óptima", pero quienes los usan para leer pueden sufrir molestias oculares o fatiga visual.

Esto se debe a la luz de los dispositivos, también a los reflejos en la pantalla, que entorpecen y reducen la nitidez de la imagen.

Los expertos de este centro oftalmológico afirman que lo ideal para reducir estos efectos negativos de las pantallas es ajustar la iluminación para no crear esos reflejos ¿Cómo? utilizando buena luz natural y descansando la vista cada 20 minutos, aproximadamente.

Y no solo eso, hay que obligarse a parpadear porque las personas que miran fijamente una pantalla tienden a hacerlo menos, lo que puede provocar que los ojos se sequen. El parpadeo favorece la hidratación ocular.

¿Leer con poca luz o en penumbra daña la vista?

La realidad, señalan desde este Instituto oftalmológico, es que podría favorecer el aumento de la miopía en jóvenes. No causa un daño permanente pero sí puede crear fatiga ocular y dificultar la lectura.

Para evitar la fatiga visual, los expertos recomiendan tener siempre buena iluminación y, si es posible, con luces blancas o frías.

Asimismo, destacan la importancia de usar gafas de sol, gorra o sombrero si la luz solar impacta directamente en los ojos durante la lectura, ya que puede causar daños por rayos UV.

¿Leer mucho provoca vista cansada?

No. La presbicia provoca que los ojos pierdan de forma gradual la capacidad de enfocar y ver con claridad de cerca debido a la pérdida paulatina de flexibilidad del cristalino del ojo, un efecto producido normalmente por el envejecimiento.

¿La lectura con gafas o lentillas hace que los ojos dependan más de ellas?

Lo cierto es que al usar gafas o lentillas, el ojo se acostumbra a ver con más nitidez, de ahí que al quitarlas se note la diferencia y puede llegar incluso a percibirse que la visión empeora si no se usan.

La realidad es que su uso no tiene ningún efecto negativo en la vista y es normal que se prefieran para ver mejor.

¿Si leo demasiado, mi ojos se dañarán más?

Los expertos indican que la distancia óptima de lectura es de 50 a 60 centímetros. Hacerlo demasiado cerca no daña la vista pero puede ser un signo de problemas refractivos subyacentes o puede favorecer que aumente la miopía.

Y esto ocurre cuando la forma del ojo evita que la luz se enfoque correctamente en la retina. Algunos de los problemas de refracción más comunes son la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia.

¿Leer las letras pequeñas es perjudicial para la vista?

Al leer letras pequeñas puede ser que nos acerquemos más al texto, lo que podría favorecer un aumento de la miopía en los jóvenes. También puede generar fatiga visual pero no hay evidencia de que dañe los ojos.

El IOFV subraya que lo ideal es usar una herramienta digital que permita cambiar el tamaño de la fuente. Y si se opta por los dispositivos, invita a recordar la regla 20-20-20: descansar la vista cada 20 minutos durante 20 segundos, mientras miramos a 20 pies de distancia (unos 6 metros aproximadamente).

El doctor Fernández-Vega considera que además de todos estos consejos es fundamental acudir a las revisiones oftalmológicas para chequear el estado de salud de nuestra vista, "sobre todo si se observan síntomas como sequedad ocular, ojos irritados, fatiga o incluso visión borrosa a la hora de estudiar o simplemente de leer un libro”.