REALIDAD Y FANTASÍA

El colmado

María Cristina de Carías

María Cristina de Carías

El colmado fue durante muchos años una institución en los barrios de Santo Domingo.

La introducción de los supermercados significó la decadencia y en muchos casos la muerte de esos establecimientos tradicionales, en donde se compraba y se conseguía no solo de todo, sino que le fiaban al cliente que pasaba apuros económicos en esos días.

En Ciudad Nueva existe un colmado que a mi modo de ver es el prototipo de los colmados tradicionales, los que reinaban en el vecindario, en otras épocas menos agresivas y enloquecedoras como las que vivimos ahora.

Es el colmado Borinquen, situado en una de esas calles encantadoras con que cuenta la ciudad con cinco siglos a cuestas, la calle Arzobispo Portes. Allí en aquella calle adornada con un sinnúmero de trinitarias de diversos colores y de árboles florecidos se siente la sensación de que el tiempo se detuvo, todo trascurre con más calma y en el colmado se consigue todo lo del diario vivir, además de cuadernos, lápices, bolígrafos, toda clase de licores y, por supuesto, cerveza fría.

Un ratito en el colmado es volver a vivir otra época, más amable y familiar.   

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