trastorno
El Narciso disfrazado
Las personas narcisistas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía por los demás.
Cuando escuchamos comentarios como: “Ese es un narcisista”, ¿sabemos realmente que es una persona narcisista? Comencemos definiendo el término.
“El trastorno de personalidad narcisista es un trastorno de la personalidad en el cual las personas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía por los demás”.
Sin embargo, cuando vemos esta definición podemos pasar por alto estas mismas conductas pero, tan disfrazadas y que pasan casi desapercibidas, que las personas llegan a justificar las mismas, y por ende, hasta normalizarlas. Veamos en detalle a qué me refiero.
La persona narcisista puede manifestar algunas actitudes y conductas de las cuales se debe tomar consciencia para no permitir que las mismas afecten en la vida de quien se relaciona con él o con ella. Una de las actitudes que deben levantar la alerta es cuando la persona de manera repetitiva es la que arruina ocasiones especiales. Al principio que hacen esto puede ser, porque “se enfermó justo antes de la fiesta” o “lo llamaron para una reunión justo antes de que saliéramos a comprar lo que yo le había dicho que compraríamos ese día juntos”.
Por supuesto que las emergencias se dan, que hay compromisos ineludibles, pero si esto es la norma, hay un patrón a estudiar y analizar, ya que si es un patrón repetitivo, entra dentro de la necesidad de la persona de llamar la atención hacia si necesita ser el centro de atención, no la actividad o celebración que está programada, sobre todo si no es su celebración o actividad. Cuando no le funciona arruinar de manera tranquila y/o con una excusa, se puede tornar más agresivo y hacer sentir culpable a la persona que le reclama.
Más señales
Otra conducta que suele verse es que estas personas muestran a extraños, una forma de ser diferente de lo que realmente son hacia el seno de su familia. Por ejemplo, un extracuido y extramanifestación de cariño cuando se encuentran frente a personas nuevas o extrañas, nada que ver como se manejan en la intimidad familiar, que puede ser desde, sólo distantes y fríos hasta agresivos y hostiles.
Algo que parecería sacado de una película de ficción, pero se da, es sentir envidia y/o celos de sus propios hijos. Esto puede manifestarse de manera muy sutil, y por ser a veces tan sutil, no se siente de manera directa, y no se sienten los efectos hasta que la persona afectada, por alguna razón, manifiesta un síntoma no adaptativo, le hace ruido “algo”, en su vida, que normalmente será en la adultez.
También, la desconsideración hacia los demás se evidencia cuando en una relación (sea relación romántica o con sus propios hijos), sólo se piensa en sus propios deseos y/o necesidades. Cuando se les reclama, muchas veces juegan el rol de víctima como mecanismo de manipulación para seguir obteniendo lo que quieren o desean. Y por supuesto, no asumen responsabilidad de sus actos. Siempre la culpa es del otro, y se lo hacen sentir.
Algunas conductas que definen la personalidad narcisista:
- Lacera la autoconfianza de la persona a través de las críticas constantes
- Afecta la realización profesional a través de la manipulación
- Afecta el bienestar a través del constante abuso emocional
- La persona se frisa en su crecimiento personal, por las descalificaciones constantes
- Las relaciones interpersonales se ven afectadas, ya que está constantemente creando conflictos
- La persona se torna insegura, miedosa, se aísla, llegando a deprimirse o desarrollar un trastorno por ansiedad
Seguiremos hablando de la personalidad narcisista, en otra entrega, atentos…
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La autora es psicóloga en el Grupo Profesional Psicológicamente