Convivencia y respeto: claves para la armonía en un mundo diverso
Parece que la naturaleza humana se muestra reticente a la evolución esperada, aún enfrascada en disputas motivadas por los mismos factores ancestrales: el ego y la búsqueda de poder. Existen individuos que optan por aferrarse a sus filosofías de vida, lo cual es respetable, pero es crucial que este respeto sea recíproco, comprendiendo que lo que acomoda a uno puede no ser lo ideal para otro. Cada persona se siente identificada con aquellas creencias que más resonancia tienen en su ser. Por ello, es esencial practicar la tolerancia hacia las convicciones ajenas, siempre y cuando estas no infrinjan daño a quienes opinan diferente. En un mundo diverso, muchos inician una “búsqueda espiritual”, término que quizás ha perdido popularidad en el discurso contemporáneo, pero que en décadas anteriores era una tendencia significativa.
Resulta lamentable constatar que, incluso en el transcurso del siglo XXI, existen individuos que persisten en agredir o desacreditar prácticas tales como la astrología, el tarot, el reiki, entre otras, por el mero hecho de diferir de los conocimientos tradicionalmente adquiridos por ellos, quienes parecen confinarse exclusivamente a su propio universo de entendimiento. Es importante reconocer que en otras ramas del saber como la psicología y la medicina coexisten múltiples corrientes y métodos de enfoque y tratamiento, los cuales, aunque puedan generar controversia y debate, defienden su validez basándose en sus propios méritos y evidencias. Es una realidad innegable que cada individuo expresa y defiende aquello que resuena con su ser interior, siendo sus acciones una clara manifestación de sus principios y convicciones. En este vasto mundo, habitado por personas de las más diversas procedencias y pensamientos, es esencial mantener la cordialidad y el respeto mutuo, evitando caer en descalificaciones que solo sirven para ensombrecer la riqueza de nuestro diverso tejido social.
Como alguien que jamás se conformó con lo establecido, a quien mi querido padre describía como “rebelde sin causa”, siempre he tenido una inclinación hacia el pensamiento crítico, lo que me llevó a cuestionar todo aquello que se me quería imponer, este espíritu cuestionador me condujo a explorar diversas corrientes religiosas y movimientos espirituales. En este viaje, tuve la fortuna de conocer en 1982 al monseñor Luis Gómez y Gómez, réquiem in peace, quien se convirtió en un mentor, como padre para mí y me mostró el movimiento carismático. A pesar de sus reservas, continué mi exploración espiritual, lo que me llevó a otros caminos como la GFU, la práctica de Yoga, Rosacruces, entre otros Maestros, en algunos momentos era esencial adoptar algunas prácticas como el vegetarianismo, entre otros.
En nuestro viaje personal es vital escuchar a nuestro corazón y prestar atención a las señales de nuestro cuerpo. Si algo no se siente bien, es momento de reflexionar y, si es necesario, buscar cambios. Donde te sientes a gusto, es tu lugar. En última instancia, la vida es un camino de autoconocimiento y crecimiento que cada uno debe recorrer a su manera, escuchando su propia voz interna sin juzgar la diversidad de caminos que cada ser humano elige seguir.