La Vida

semana santa

Si con Él entro, con Él saldré

La próxima vez que te toque enfrentar la desorientación, la desilusión, la confusión, el dolor y el terror de lo que no entiendes, recuerda este mensaje. Recuerda la tumba de Jesús y recupera tu estabilidad, tu fuerza, tu fe y tus sueños.

La piedra estaba movida. La tumba estaba vacía. Los lienzos de lino que habían envuelto el cuerpo de Jesús estaban perfecta y cuidadosamente doblados.istock

saulo hidalgoEspecial para Listín Diario
​Santo Domingo

Todo el centro de la Biblia es la Tumba de Jesús. El Antiguo Testamento profetiza de este momento hacia adelante y el Nuevo Testamento lo trae hacia atrás todo el tiempo. El centro de nuestra fe no es otra cosa que la muerte y Resurrección del Eterno: “porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su único Hijo”.

En la cruz, Jesús fue desnudado completamente. Dios no se avergüenza que lo veas transparente. El sol se negó a brillar y la tierra no paraba de temblar, el velo del templo se rasgó en dos de arriba a abajo.

Solo nosotros no podemos atención a lo que está ocurriendo. Parece que Dios pasa desapercibido. La tierra seguirá su curso mientras en una cruz se cambiaba el destino de la humanidad para siempre.

¿Cómo puedes ser indiferente a las cosas que suceden a tu alrededor? ¿Cómo no te das cuenta de lo que está sucediendo en el corazón de tu esposa, de tu madre, de tu hija? ¿Cómo puedes seguir, como que nada está pasando, porque no te afecta a ti directamente?

Regresar al punto

Es importante que regresemos a este lugar, a la tumba. No importa donde vayamos, donde estemos, lo que alcancemos, lo que logremos, donde vivamos o que manejemos… siempre regresaremos aquí, a este punto.

Tú eres cristiano porque siempre hay algo que te arrastra hacia este lugar: la tumba. Sé que es un lugar extraño para siempre ser arrastrado. Para muchos es un lugar catastrófico. Para otros es un lugar de desastre. Para la gran mayoría es un lugar de decepción. Porque ellos no esperaban que cristo fuera crucificado. El plan de seguirle no incluía clavos y cruces y sangre corriendo por todo el cuerpo. Un silencio y desaparición del cielo. Un momento de decepción donde no hay panes ni peces ni tormenta calmada ni enfermos curados ni multitudes aplaudiendo. Un momento de blackout. ¿Sabes lo que es tener blackouts en la vida? Momentos donde no ves nada y nada sucede, sino es malo.

Saulo Hidalgo es predicador católico, escritor y orador especialista en motivación.

Ellos tenían en mente que ÉL iba a enfrentar el imperio romano e iba a instaurar un reino donde ellos se iban a sentar uno a la derecha y otro a la izquierda. Ellos no querían sentarse a la derecha y la izquierda de una tumba. Es un lugar de traición. Es un lugar que recuerda que uno de ellos mismos le traicionó. Lo vendió por 30 piezas de plata. Nos recuerda que en esta vida seremos traicionados.

No importa lo buenos que seamos. No importa lo buenas qué sean nuestras intenciones. Tarde o temprano nos encontraremos con alguien que dirá que está con nosotros cuando en realidad no lo estará. Seremos traicionados y tendremos que vivir con ello. Seremos negados, seremos abandonados, seremos olvidados…Y tendremos qué aprender a vivir con ello. Enfrentaremos ingratitud: todo lo que hice por ti y cuándo te necesito, ¿dónde estás?

Y cada vez que regresemos aquí, a la tumba, recordaremos que es lo que más importa en la vida. Que no son las cosas, qué no es acerca de adquirir cosas, de fama de posiciones o de gente. La vida está llena de tumbas.

Y la gente comenzó a dispersarse. Judas fue y se ahorcó. Tomás, dijo esto es demasiado para mí, mejor me voy diciendo… no sé… no sé qué pensar acerca de esto. Pedro comenzó a maldecir y a decir que nunca conoció a Jesús. La tensión era grande; la atmosfera era pesada.

Ellos habían visto a Jesús desafiar la muerte y destruirla. Habían ido con Él a la tumba de Lázaro y lo escucharon gritar: “Lázaro, sal fuera” y vieron al que estaba envuelto en telas, enredado y podrido salir fuera saltando como pudo. Jesús levantó otras personas, pero ahora el que había sacado a otros de la muerte… Ha muerto el mismo.

Y ellos se sintieron sin esperanza… así como muchos de ustedes se sienten sin esperanza el día de hoy…

Él sacó la victoria de la derrota y sacó la vida de la tumba. Y se levantó con todo el poder.Getty Images

Oh, sé que muchos de los que me escuchan se sienten igual, sin esperanza, sin fe, nerviosos, llenos de miedo, llenos de angustia y molestos, tal vez bien molestos todo el día viernes. Todo el día sábado. Pero temprano en la mañana del domingo, antes de que el sol besara las laderas de la cordillera del monte Los Olivos, antes de que el sol despertara los gallos de Jerusalén, antes que Pedro abriera los ojos. Cuando las mujeres fueron al sepulcro a tomar el cuerpo entre sus brazos y embalsamarlo con inciensos y especias olorosas para que la pestilencia de la muerte no avergonzara el cuerpo de Jesús, se quedaron en shock…

La piedra estaba movida. La tumba estaba vacía. Los lienzos de lino que habían envuelto el cuerpo de Jesús estaban perfecta y cuidadosamente doblados.

Se levantó a pesar de todo lo que los demás dijeron de Él.

Se levantó a pesar de todo lo que los demás le hicieron a Él…

Se levantó a pesar de todo lo que los demás pensaban de Él…

Se levantó a pesar de todo el escandalo.

Se levantó a pesar de todo el drama.

Se levantó a pesar de todas las burlas.

Se levantó a pesar de toda la injusticia, las burlas, las ofensas…

Se levantó a pesar de las expectativas hasta de sus mismos seguidores.

Se levantó a pesar del poder del imperio romano.

Se levantó a pesar del sarcasmo de todo el poder del Sanedrín y los jefes religiosos.

Él sacó la victoria de la derrota y sacó la vida de la tumba. Y se levantó con todo el poder. Eso es lo que significan estos días que estamos celebrando de la muerte y resurrección del Señor.

No es que nunca iremos hacia abajo. No es que nunca se pondrá oscuro en nuestras vidas. No es que no llegaran tiempos en los que estaremos desorientados, perplejos, vulnerables y confundidos. No es que no tendremos dolor. No es que no tendremos miedo. Lo que significan estos días es qué, si Dios te dice que lo va a levantar, Él lo va a levantar. No importa que su cuerpo no funcione, no importa que su sangre no fluya, no importa que tenga muerte cerebral, no importa que esté en la cárcel, no importa que tenga Parkinson, si dios dice que lo va a levantar, Él lo levantará.

Si Dios te dice hoy que tú te vas a levantar, entonces te vas a levantar. Si te dice que saldrás adelante, entonces tú saldrás adelante. Si te dice que tendrás tu bebé, entonces tendrás tu bebé, si te dice que tendrás la victoria, entonces tendrás la victoria.

La próxima vez que te toque enfrentar la desorientación, la desilusión, la confusión, el dolor y el terror de lo que no entiendes, recuerda este mensaje. Recuerda la tumba de Jesús y recupera tu estabilidad, tu fuerza, tu fe y tus sueños.

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El autor es predicador católico, escritor y orador especialista en motivación 

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