Educación Superior
Inclusión universitaria de personas con discapacidad
“Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos” es el cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto, por supuesto, contempla a las personas con discapacidad, quienes por esta condición, se encuentran en situación de desventaja en numerosos aspectos de la vida. Para cumplir con esta importante meta no se puede dejar de lado su inclusión universitaria, cuyo impacto se traduce en la reducción de brechas sociales y mayor justicia social.
Brindar igualdad de oportunidades y acceso a la educación superior con equidad a las personas con discapacidad, fomenta el cambio de actitudes y percepciones, ya que permite visibilizar las capacidades y contribuciones que las personas con discapacidad pueden ofrecer a la sociedad, asegura Flor García Chaljub, psicóloga clínica y coordinadora de la Unidad de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo de Unibe. “El acceso a la universidad les brinda la posibilidad de desarrollar sus habilidades en un área de conocimiento específico y aumentar sus oportunidades de empleo, así como crecimiento profesional y personal. Favorece el desarrollo de autonomía y autodeterminación”, manifiesta.
La inclusión educativa, sin duda, tiene el poder de transformar la vida de las personas con discapacidad, pero la verdad es que todo el mundo se beneficia. El entorno académico completo se enriquece con las experiencias y conocimientos que aportan los estudiantes con discapacidad y, además, la inclusión universitaria impulsa la investigación y el desarrollo de tecnologías y servicios inclusivos aplicables a otros ámbitos de la sociedad.
A pesar de los avances que se han logrado en materia de inclusión educativa en los últimos años, todavía hay mucho camino por recorrer. Aparte de las barreras físicas y la carencia de ajustes razonables para facilitar el acceso a los servicios y experiencias académicas, los universitarios con discapacidad deben enfrentar sesgos actitudinales y estereotipos que pueden llevar a la discriminación, la exclusión social y la falta de oportunidades equitativas.
Inclusión académica en Unibe
Flor García Charljub afirma que la inclusión en Unibe se trabaja de manera transversal. Desde 2013, la universidad tiene la Cátedra Unesco de Inclusión de Personas con Discapacidad, con el objetivo de crear sinergias articuladas y sostenibles entre instituciones académicas, servicios clínicos y pedagógicos, así como investigación, para el beneficio de la inclusión académica, social, laboral y cultural de los estudiantes y personas con discapacidad en general.
La cátedra se ha enfocado en promover los derechos de las personas con discapacidad a través de diferentes iniciativas, que incluyen: la creación de la Unidad de Atención a Estudiantes con Discapacidad y NEAE, concentración en Atención a la Diversidad en programas de grado, asignaturas electivas de Lengua de Señas y Accesibilidad para todas las carreras, programas de postgrado y educación continua enfocados en inclusión, entre otras.
Unibe cuenta también con el Comité Institucional de Inclusión y Diversidad, ofrece servicios especializados a personas con discapacidad y sus familias a través del Centro de Estudios e Intervención de la Conducta de Unibe (CESIC), lleva a cabo proyectos de investigación en temas de inclusión con diferentes ONG, y realiza anualmente la Semana de la Inclusión. Asimismo, organiza una feria de trabajo para personas con discapacidad y participa en mesas consultivas de fundaciones que trabajan por esta causa.
Recientemente, Unibe lanzó las becas de inclusión, una iniciativa diseñada para fomentar la educación inclusiva y garantizar oportunidades equitativas para las personas con discapacidad. A través de este programa, personas con discapacidad tienen la posibilidad de cursar su carrera de grado en Unibe con una cobertura completa del costo de su matrícula. Las universidades pueden contribuir a disminuir estas barreras y Unibe lo está haciendo. García Chaljub explica que esto requiere un abordaje transversal y articulado de las diferentes instancias de la universidad, y trabajar las siguientes estrategias:
• Implementación de políticas inclusivas.
• Sensibilización y capacitación de la comunidad universitaria.
• Garantizar accesibilidad física, con la instalación de rampas, ascensores, baños accesibles y la eliminación de barreras arquitectónicas.
• Servicio de apoyo a necesidades específicas, tales como adaptaciones y ajustes razonables, materiales en formatos accesibles, exámenes adaptados, tiempo adicional para completar tareas y acceso a tecnologías de asistencia, entre otros.