Febrero es un jolgorio

Aunque el fresco aire del norte sigue acariciándonos, ya se siente el despertar del alma caribeña. El Día de los Enamorados está a la vuelta de la esquina, y hay corazones regados por doquier. Los preparativos para los carnavales están poniendo a prueba la creatividad de muchos artistas. Febrero es, definitivamente, el mes del renacer.

No tengo ni la menor idea de cómo se las arregla la gente para equilibrar tan rápidamente el presupuesto hogareño, pero en el Caribe suceden todo tipo de prodigios, y resucitar el bolsillo es uno de ellos.

A pesar de los tapones, la gente se anima en este mes que entra, y que tiene un doble carácter ya que, junto con las celebraciones independentistas, celebramos el carnaval. Creo casi con seguridad que somos el único país capaz de hacer semejante mezcla. Para agregarle más agua al sancocho, también tenemos elecciones a la vuelta de la esquina. El asunto se torna bastante movido; no nos darán tregua. En fin, el jolgorio se avecina y la gente se olvida de penas y deudas. Por unos días al menos, todos estaremos más entretenidos y felices.

Los catarros y los virus no detendrán el afán de diversión ni tampoco el fervor patriótico.

En cuanto a las campañas políticas, el ciberespacio se ha convertido en la manera ideal de conquistar adeptos sin tanto alboroto, aunque sigan haciendo mítines donde sea.

Definitivamente, ¡febrero es un jolgorio!