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Historias de la vida

Nadieska Núñez, la psicóloga que a través de campamentos te da herramientas para tu sanidad mental

Aunque su primera carrera fue diseño de interiores, teniendo ya a sus tres hijas y 34 años de edad, decidió cumplir su sueño de estudiar psicología por un compromiso con ella y por su deseo de ayudar al fortalecimiento emocional de las personas y las familias de manera integral.

Nadieska Núñez.

Nadieska Núñez.Cortesía de la entrevistada

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Marta QuélizSanto Domingo, RD

A Nadieska Amanty Núñez de Nova hace mucho que LISTÍN DIARIO le quería hacer una entrevista para conocer la historia que hay detrás de esta psicóloga que cree en que en las terapias relajadas y diferentes es posible conseguir la sanidad mental de una persona o de toda una familia.

Llegó el momento de que todo se alineara y, de que aprovechando este nuevo año que la gente inicia con metas y deseos, se tratara el tema que da respuesta a una enfermedad que cada día preocupa más en el país. Se trata de la alta incidencia de problemas de salud mental que se registra aquí y de las formas novedosas con las que se puede enfrentar. “Lo primero que puedo decir es que, todos debemos buscar siempre estar bien por nosotros mismos y para hacer que los demás lo estén, pues si estoy mal también haré que los otros lo estén”. Deja claro este punto que es el que da forma al nombre de lo que para ella es vital: crecimiento integral.

Como cualquier psicoterapeuta realiza su trabajo habitual en base a consultas, pero su fortaleza es hacer la diferencia para lograr los mejores resultados en pro de la familia. “Poniendo siempre a Jesucristo como nuestro guía, tres veces al año nos vamos a Jarabacoa con grupos de personas que buscan su paz mental”. Hablar de esto la emociona porque cada viaje también es una terapia para ella y su familia.

Son precisamente esos participantes los que la han conducido a ampliar cada vez más su propuesta integral. “Al principio, lo hacíamos con personas que se motivaban a vivir la experiencia, luego el boca a boca, las recomendaciones de la efectividad de estos espacios, nos fueron comprometiendo. Hoy ya vamos por el noveno campamento, tenemos adolescentes, matrimonios y familias que se han motivado a trabajar por su salud mental porque definitivamente, la pandemia puso el foco en un problema que ya existía, pero que se agudizó”. A Nadieska le hace bien el haber encontrado una forma integral para ayudar a las familias a tener una buena salud mental, pero de una forma amena y hasta divertida.

Trabajo en equipo

Tanto le importa a esta especialista contribuir a la estabilidad emocional de los dominicanos de una forma seria y responsable que: “No dejo de estudiar, trato de prepararme, de conocer nuevas herramientas para dáselas a los pacientes y que las puedan utilizar para seguir adelante. La idea es que cada quien termine siempre siendo su propio psicólogo. Mi satisfacción más grande es cuando le doy la de alta a una persona. Eso no tiene precio”. La lista de los que le han dado ese rico sabor, es larga. Cada vez son más los que están apostando a su salud mental y sobre todo, los que comienzan, terminan un proceso de sanidad y continúan autoayudándose.

Pero Nadieska no está sola en esto. Para lograr su objetivo de proporcionar terapias de crecimiento integral a la gente, su esposo y sus tres hijas se han involucrado de forma tal que, él, que toda su vida ha trabajado con finanzas, con números, decidió estudiar psicología para comprender lo que ella siempre ha querido, y así colaborar con el proyecto. Sus hijas también han estudiado Psicología y carreras afines para aportar desde diversas ópticas.

Ellos como familia, y junto a un equipo de profesionales, tratan de que los cientos de personas que han participado en los campamentos, se vayan con herramientas tangibles y aplicables para que continúen el proceso. También forman parejas para que éstas a su vez enseñen y muestren a otras lo bueno que es vivir con una buena salud mental.

“Conozco la fe desde niña y lo que más disfruto es servirle al Señor y, por supuesto, al prójimo”

A Nadieska Núñez no la ha marcado el hecho de que creció con su abuela y su tía. Para ella han sido de más peso en su vida las enseñanzas que obtuvo de ellas, que el poco acercamiento que hasta los 12 años tuvo con sus padres. “Siempre lo he entendido, la situación económica de mis padres no les permitían tenerme con ellos, pero eso no quiere decir que se desligaron de mí. Siempre fueron responsables y de ellos también aprendí a conocer la fe y los valores”. Otros en su lugar tal vez anduvieran con un saco de traumas, pero ella sacó ventaja de las cosas productivas de aquella época.

Pero no ha sido el hecho de que vivía en una casa más cómoda y grande con su abuela y su tía lo que la ha ayudado a ver esa parte de su vida como algo hasta necesario y positivo. “Ha sido lo aprendido, sobre todo, en la fe, que recibí de mi familia, donde los valores y los principios siempre se han respetado y donde el amor al prójimo es prioridad. Sin duda, no cambiaría nada de la vida que me ha tocado vivir”. Es una mujer comprensiva y eso también le ha ayudado en la carrera que desempeña.

Ya cuando en la preadolescencia vuelve con sus padres, tenía una base formativa que hasta el sol de hoy le ha permitido trabajar por sus sueños y lograr los resultados deseados. “Porque mi tía Altagracia siempre nos decía: ‘En esta vida hay que tener aspiraciones, hay que luchar por lo que se quiere’, y nunca lo olvido”. Ella le tomó la palabra. No ha dejado de hacer grandes esfuerzos y sacrificios en su afán por lograr cada meta propuesta.

No sólo se convirtió en psicóloga ya con una vida aparentemente hecha, sino que ha continuado estudiando. Tiene una maestría en terapia familiar, estudiada en el país, y otra en psicoterapia cognitivo-conductual, realizada en México. Con estos conocimientos a mano y con muchas páginas para la izquierda ha podido crear su Centro de Crecimiento Integral a través del cual desarrolla los campamentos que están marcando el antes y el después de la salud mental de las familias.

Crecimiento en la prueba

Ni cuando vivía apartada de sus padres, Nadieska se dejó amedrentar por los obstáculos. De hecho, hoy sorprende escucharla definirlos como la gran oportunidad que pueden llegar a ser. “Los obstáculos son los que nos ayudan de la manera más positiva a obtener eso que queremos. Son una escuela, un mecanismo de formación y de equilibrio”. Lo dice con conocimiento de causa. A sus tres hijas, Aleyska, Chelsea y Nadia las tuvo en una primera relación y, aunque pasó muchas vicisitudes, fueron ellas la inspiración para seguir adelante.

“No importa cuán grande sea el logro, nunca podrá compararse con la inmensa experiencia que hay detrás y que te ayudó a lograr todo lo que te propusiste. Cada prueba que me pasa es una posibilidad de transformación para mí. Siempre he estado clara en que la alegría es pasajera, es una emociona transitoria. Yo creo en la felicidad, que es la base de tu alegría. Y por eso es que insisto en que los obstáculos son los que me forman, que me hacen ser mejor y me hacen creer”. Es un deleite escucharla hablar sobre este tema.

Hoy agradece a tanta gente que, en su camino por la vida le ha extendido la mano. No deja de mencionar a su esposo, que es como un padre para sus hijas y quien desde el día uno se convirtió en su fan, en su amigo, en su protector… Hoy por la armonía que reina en su casa, es que ha podido lidiar con ser madre, esposa, profesional y más que todo, con poder sacar el tiempo para servirle al Señor y al prójimo.

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