psicología
En Navidad, honremos a nuestros seres queridos que ya no están
Habla. Sí, habla, porque mientras se hable de un ser querido trascendido este siempre vivirá.
Aun cuando el calor tropical agobia, el dulce recuerdo de quienes hoy no están nos hace sentir la brisa que viene con la Navidad.
No importa si la partida es para mejor estar o acaso es un viaje a la eternidad, lo cierto es que el color de la temporada cambia tan pronto se recuerda a quien no estará en la reunión familiar.
La Navidad huele a manzanas, a puerco en puya, moro, dulces y mucho más. Habla de tradición familiar. De encuentros entre amigos, de añorar. Que la navidad sea blanca es, para quien ha perdido lo amado, el color del camino que recorre para llegar al lugar dedicado a su recuerdo dentro de su corazón. En la mente no hay espacio para colocar lo que es sublime, preciado y nunca olvidado.
Para algunos la Navidad anuncia un nacimiento y con él, felicidad. Otros con algarabía se disponen a festejar. Cada cual a su manera se llena de esperanza, confiando que lo nuevo en este tiempo ha de llegar. Y si aflora la tristeza, hay que sentirla, y expresarla con toda libertad, porque ella nos recuerda que algo querido ya no está. Deja que las lágrimas o acaso un silencio cuenten de tu amor. Nadie duela lo que no ha querido.
“Las lágrimas nacen del corazón no del cerebro.” Leonardo Da Vinci
La Navidad es tiempo de preguntas que tienen respuestas en la espiritualidad. ¿A dónde se fue? Él/ella está en el mundo de los recuerdos. Corramos hasta allí, a un encuentro en nuestra mente que seguro una sonrisa nos robará.
Deja que el asombro te visite y habla con tus hijos de la abuela(o), de mamá, de papá, de quien recordamos que hoy no está. Los pequeños también saben que alguien faltará, dejarlos fuera de vivir y saber de la pérdida no los ayuda. En cada palabra inocente escucha la guía de quienes querías en presencia y hoy aprendes a amar en su ausencia. Esos locos bajitos son grandes maestros.
¿Quieres honrar a tu ser querido en navidad?
Ayuden a los niños a escribir, a dibujar para quien ha partido y colóquenlo en el árbol. Dale a ellos la oportunidad de participar en un gran homenaje.
Cada uno comparta la palabra o el gesto inspirador con el que recuerda al Ser querido. Menciona su nombre mientras brindas por el/ella, señala con dulzura todo lo que les legó. Escuchen la música que le agradaba. Hagan una acción solidaria. Dediquen un espacio de la casa en su honor, ilumínenlo como en el belén que recuerda el inicio de una vida nueva. Extiendan un lazo de amor de aquí a la eternidad. Habla. Sí, habla, porque mientras se hable de un ser querido trascendido este siempre vivirá.
Psicológicamente, Grupo Profesional