La comunicación eficaz es crucial en entornos personales y profesionales
Una pobre comunicación puede provocar malentendidos, conflictos o heridas que con un poco de paciencia, atención, empatía y claridad podrían evitarse.
En alguna ocasión leí una publicación que rezaba: “Entre lo que pienso, lo que quiero decir, lo que creo decir, lo que digo, lo que quieres oír, lo que oyes, lo que crees entender, lo que quieres entender, lo que entiendes, existen nueve posibilidades de no entendernos” y posiblemente existan más, si agregamos que muchas veces por nuestros propios ruidos, pensamientos o deseos de expresarnos nosotros mismos, ni siquiera escuchamos a los demás. En sobradas ocasiones encontramos que, ante cualquier comentario, el interlocutor replica en seguida frases como “y yo”, sin procesar ni pensar lo que se le está queriendo comunicar. Asimismo, a veces incurrimos en el molesto hábito de concluir la frase que el interlocutor está expresando.
La comunicación efectiva es fundamental en cualquier medio, ya sea personal o profesional. Una pobre comunicación puede provocar malentendidos, conflictos e incluso rupturas y heridas innecesarias que, con un poco de paciencia, atención, empatía y aclaración pueden superarse. En el lugar de trabajo, puede provocar una disminución de la productividad, llegar a producir pérdidas financieras o de clientes, se puede crear un ambiente de trabajo denso y conflictivo. Por lo tanto, es fundamental garantizar que la comunicación sea clara, concisa y libre de ambigüedades.
Hoy en día, muchas tergiversaciones emergen de los mensajes de texto, que con frecuencia se tornan imprecisos por la falta de la entonación que usualmente acompaña a una comunicación verbal. No sólo es lo que se dice, también la forma en que nos expresamos define algunas intenciones. El uso de un lenguaje ambiguo y las diferencias culturales también son responsables de equívocos. Los textos deben ser objeto de atención especialmente porque la interpretación que demos depende de nuestro filtro personal.
Una forma de garantizar una comunicación eficaz es precisar lo que se entendió y, de ser posible, confirmar repitiendo con nuestras palabras nuestra interpretación para asegurarnos en caso de que se requiera. La aclaración es particularmente significativa cuando se comunica con personas de diferentes culturas.
Cuando miras a la otra persona en posición de escucha, se sentirá valorada, lo que fomentará un ambiente de confianza. El contacto visual, las expresiones faciales y los gestos pueden ayudar a reforzar el mensaje deseado, haciendo que sea más fácil de entender para el destinatario siempre y cuando compartan el mismo código de gestos ya que pueden variar de una cultura a otra.
Una comunicación diáfana y cercana suma amistades; por el contrario, la engañosa puede ser perjudicial a cualquier tipo de espacio. Personas pierden afectos y oportunidades de progreso cuando piensan que pueden mentir para siempre, sin percatarse de que con un poco de atención se puede develar la mentira.
Un aspecto esencial para crear una comunicación eficaz es ser honestos y auténticos en nuestras interacciones: expresarnos con sinceridad y transparencia, sin temor a ser juzgados o rechazados, así fomentamos una conexión más profunda y auténtica con nuestros escuchas. Asimismo, es importante ser respetuosos y compasivos en nuestras interacciones, reconociendo las diferencias y valorando las perspectivas de los demás. En resumidas cuentas, aprender a comunicarnos eficazmente nos ayudará a aumentar las probabilidades de tener mejores relaciones personales y éxito profesional.