Papel de las actividades extracurriculares en la experiencia universitaria
Contribuyen al desarrollo de importantes competencias como el trabajo en equipo, liderazgo, creatividad, compromiso ciudadano, entre otras.
El inicio de universidad es un momento de cambio y crecimiento muy emocionante para la mayoría de los jóvenes. Muchos ven en este paso la oportunidad de empezar a disfrutar su independencia, ampliar sus relaciones sociales y prepararse para ejercer, en unos años, la carrera que han escogido.
Al acompañar a los hijos en esta etapa es habitual que los padres se enfoquen en asegurar que tengan un buen desempeño académico, que se adapten al nuevo sistema de clases y lo naveguen con éxito. Sin embargo, es recomendable que también los animen a integrarse en otro aspecto esencial de la vida universitaria: las actividades extracurriculares. Estas experiencias les dan la oportunidad de explorar intereses personales, ayudan a dar un sentido de equilibrio, a la vez que robustecen la plataforma educativa que les impulsará a desarrollar todo su potencial.
Elizabeth Farrell, coordinadora de Desarrollo Estudiantil de la Universidad Iberoamericana, Unibe, explica que la participación en actividades extracurriculares, grupos deportivos y culturales, clubes y asociaciones estudiantiles, promueve el bienestar de los estudiantes y facilita su integración a la vida universitaria, complementando su experiencia académica, estrechando vínculos con su institución y desarrollando sentido de pertenencia.
Algunos beneficios
La mayoría de estas actividades contribuyen al desarrollo de importantes competencias para la vida, como el trabajo en equipo, liderazgo, creatividad, compromiso ciudadano, resolución de problemas, entre otras, y son una excelente oportunidad para aplicar algunos de los aprendizajes adquiridos en el aula. Es decir, permiten a los estudiantes conectar la teoría con la práctica.
Otro beneficio de fomentar la participación de nuestros hijos en experiencias extracurriculares es que crean las condiciones para que amplíen su red de contactos y se relacionen con personas afines. “Son una plataforma donde diferentes actores (docentes, administrativos, estudiantes, egresados) pueden compartir un interés, generando intercambios interpersonales positivos, diálogos, reflexiones y, como resultado, relaciones que trascienden nuestras aulas, convirtiéndose en sociedades de negocios, emprendimientos, amistades e, incluso, familias”, afirma Farrell.
En esta casa de altos estudios la integración de los estudiantes a las actividades extracurriculares, asociaciones y grupos estudiantiles es algo que se promueve intencionalmente. La universidad ha creado un ecosistema que va más allá de lo estrictamente académico y que ofrece todas las condiciones para que los estudiantes puedan aprender, explorar, crear, conectar y aportar a la sociedad.
La Dirección de Deporte y Cultura genera oportunidades en teatro, danza, coro, música, fútbol, ajedrez, tenis de campo, tenis de mesa, entre otros. La universidad cuenta con un grupo ecológico, un muy activo club de debate, y para los amantes de la literatura y el cine, un book club y un film club, así como otras valiosas experiencias gestionadas desde el Decanato de Estudiantes. A esto se suman las diversas asociaciones estudiantiles en las distintas escuelas.
Ejercicio ético
A veces está el temor de cargar mucho esta etapa en la que los jóvenes se enfrentan a nuevas responsabilidades. Por supuesto, será esencial que puedan aprender a balancear sus obligaciones académicas, estas actividades, su vida personal y, muy importante, el descanso. Sin embargo, esta también es una muy buena oportunidad para los universitarios que fortalezcan otras habilidades clave, como gestión del tiempo, establecer prioridades y planificación.