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Luis David nació con retraso psicomotor, ya es mayor de edad y necesita ayuda

Desde que este joven, hoy de 21 años, cumplió sus 18 fue entregado a su madre por el centro que lo acogió durante 15 años. Ella agradece todo el cuidado que le proporcionaron, pero no cuenta con los medios necesarios para darle la calidad de vida que se merece. 

La madre solicita ayuda para su hijo, quien necesita, entre otras cosas, una silla de ruedas.LEONEL MATOS / LISTÍN DIARIO

A Luis David García los médicos le diagnosticaron retraso psicomotor, una manifestación clínica que afecta el desarrollo de las destrezas cognitivas y motoras. Se lo detectaron tres días después de haber nacido en la Maternidad de Los Mina.

Hoy tiene 21 años y, desde que nació ha vivido postrado a una cama. Le es imposible hablar y sólo emite algunos gritos. Ocasionalmente muestra una sutil sonrisa, con la lengua semiafuera. Esa es su forma de comunicarse. Así le deja saber a quienes están a su alrededor que se encuentra bien, y lo hace mientras mueve su cuerpo de un lado a otro.

Algunas de sus extremidades: brazos, manos y piernas se han deformado con el tiempo. Leandra García, su madre, lo ingresó en una institución especializada donde lo cuidaron durante 15 años. Allí iba a verlo cada semana.

Lo hizo para seguir trabajando vendiendo prendas de vestir, como franelas, medias o calzoncillos. Así se ha ganado la vida, aunque ahora sus ingresos económicos son limitados y no puede costear las terapias que él necesita con frecuencia, según cuenta en una entrevista con LISTÍN DIARIO.

Todo cambió cuando Luis David cumplió la mayoría de edad. Ya no se ajustaba a las características de la institución en la que estaba y se lo entregaron a la madre. Desde entonces, Leandra se ha dedicado a cuidarlo a tiempo completo. De momento, le es difícil mantener el negocio porque no puede dejarlo solo.

Viven en una pobreza extrema y la madre no puede salir a trabajar. Su hija de 19 años tuvo hasta que dejar la universidad.LEONEL MATOS / LISTÍN DIARIO

Madre soltera

Leandra, de 39 años, es madre soltera. Aparte de Luis David, tiene otros cuatro hijos. Él es el segundo del grupo. Ella, junto a éste y a tres hijos más, vive en una pequeña casa construida de madera y cemento gris, situada en el corazón del sector El Almirante, en Santo Domingo Este. El techo de la morada está cubierto de numerosas hojas de zinc, ya oxidadas y que permanecen sujetas con algunos clavos y palos de madera. Allí, el joven de 21 años disfruta del amor y la comprensión de su madre, sus hermanos, así como de otros familiares y hasta de algunos vecinos. Sin embargo, le ha faltado uno de los afectos más importantes: el paterno.

Con un nudo en la garganta y la voz casi quebrantada, Leandra relata que Luis David ha sido rechazado por su padre. “No viene a visitarlo. No lo busca”. Explica que esa decisión se debe a su “condición especial” y agrega que por esa razón ha sido “madre y padre” a la vez. Puedes ayudarla llamando al 829-712-9764.

Leandra llora por la situación de su hijo.LEONEL MATOS / LISTÍN DIARIO

Necesita una silla de ruedas

Luis David pasa horas muertas en una camilla de hospital, dentro de su habitación. Es un espacio caluroso, en el que un abanico, de poca fuerza y sin rejilla, trata de mantenerlo fresco. Su otra opción, es la ventilación que entra por la puerta principal del cuarto, pero, al parecer no es suficiente.

Ambos duermen en la camilla. Ese es el único espacio cómodo de Luis David. Sin embargó, Leandra dice que necesita una silla de ruedas, para bañarlo con más comodidad y pueda, en algunas ocasiones, estar sentado.

“Necesito la silla. Esa sería mi felicidad más grande: para sentarlo, porque lo baño, ahí le puedo dar la comida y es más fácil”, explica la dama, quien tiene fe en que su segundo retoño estará en mejores condiciones.

Nació con retraso psicomotor y ya es mayor de edad, Luis David necesita ayuda


Mientras tanto, Leandra lo baña en una ponchera en el patio de la casa, una actividad que, en momentos, le cuesta hacerla: “Tengo un solo dolor en la espalda, y los brazos no me sirven, porque me lo tiro arriba”, dice.

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