La Vida

La cacería de brujas, un capítulo oscuro en la historia del fanatismo religioso

Todavía hoy existen persecuciones a personas que no se conforman con lo existente, que investigan y escudriñan los porqués, más allá de lo establecido.

Ilustración de Martha Corey y sus perseguidores. Corey fue una de las mujeres acusadas de brujería en Salem, Estados Unidos, en 1692.Getty Images

Ana Mirtha VargasSanto Domingo, RD

Los prejuicios muchas veces nos alejan del saber. La historia reciente ha demostrado que todavía se requiere que sigamos cultivando el pensamiento crítico, que se resume en desapegarse de nuestras creencias para ponderar otras evidencias y verdades. Dejarse empujar por otros sin pensar puede resultar fatídico.

La cacería de brujas se ha dado en distintas épocas y países del mundo. En Europa durante los siglos XVI y XVII miles de personas, principalmente mujeres, fueron inculpadas de brujería y sometidas a juicios, torturas y ejecuciones. En el caso de Salem, en Massachusetts, Estados Unidos, en el año 1692, 20 personas fueron ejecutadas acusadas de brujería. En América Latina, durante la época de la conquista y la colonización, en muchos casos, fueron inculpados curanderos y chamanes locales de practicar la brujería, y fueron perseguidos y ejecutados.

En el caso particular de Salem, se inició cuando varias niñas, entre ellas Betty, Abigail, Ann Putnam, Sarah Osborne y Sarah Good, comenzaron a exhibir un comportamiento extraño. Las niñas afirmaron estar poseídas por el diablo y acusaron a varias mujeres locales de practicar brujería. Estas acusaciones provocaron una ola de histeria y miedo en toda la comunidad, lo que llevó a los juicios de brujas de Salem. Cuenta la leyenda que más de 200 personas fueron incriminadas por brujería, mientras que otras murieron en el desarrollo del juicio o encarceladas.

Se habla de una de las acusadas, Tituba, una esclava africana, la primera en ser calumniada. Los demás eran de escasos recursos o marginados en la sociedad, en estado vulnerable. las autoridades locales constituyeron un tribunal especial para esos acusados. Las pruebas eran débiles, basadas en habladurías, chismes, y testimonios de los niños; no se permitió a los acusados tener un abogado de defensa. En total, 20 personas fueron condenadas a muerte, incluyendo 14 mujeres y 5 hombres. Cuando el furor disminuyó el gobernador de Massachusetts prohibió los juicios de brujería y liberó a los prisioneros que permanecían detenidos. Se disolvió el tribunal en 1711.

Es difícil juzgar cualquier decisión del pasado desde las circunstancias del presente, más si ponderamos las palabras de los sacrificados antes de su muerte, expuestas en los bancas donde honran su memoria en la ciudad de Salem, resulta penoso: - "Soy inocente de brujería" - Susannah Martin, - "Más peso" - Giles Corey- "Yo no soy más bruja que tú mago, y si me quitas la vida, Dios te dará sangre para beber" - Sarah Good - "No tengo brujería, soy inocente" - Bridget Bishop-, la falta del debido proceso y pruebas cuestionables llevaron a la condena y ejecución injustas de numerosas personas inocentes. Todo esto debe hacernos pensar la importancia de defender la justicia y la equidad en los procedimientos legales.

Todavía hoy existen persecuciones a personas que no se conforman con lo existente, investigan y escudriñan los porqués, más allá de lo establecido, muchos de los que tienen una creencia integral de Dios, encontrándolo en todo lo creado, utilizan la tierra y hacen rituales. Ven todo y a todos como una manifestación divina.

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