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Hijos en la universidad: los padres pueden contribuir a que logren navegar con éxito la nueva etapa

En esta etapa el joven está experimentando los primeros pasos para la vida adulta y la forma en la que los progenitores abordamos esas diferencias, las crisis y frustraciones será evidencia de coherencia o no entre lo que hacemos y le pedimos que haga.

Si como familia se encuentran en este momento y sienten que no están logrando conectar con su hijo en esta etapa, dense la oportunidad de buscar ayuda externa.

Michelle LizardoEspecial para Listín Diario
​Santo Domingo

El primer año de universidad, sin duda, es un espacio de cambio y ajuste a una nueva realidad. Como todo proceso de transición implicará retos que pondrán a prueba las habilidades de toma de decisión, la capacidad de regulación emocional, la capacidad de organización y priorización de las demandas del día a día.

Si tienes hijos transitando esta etapa, debes saber que se enfrentará a nuevos escenarios académicos, sociales y culturales que cuestionaran las creencias y experiencias previas. Por tanto, será un periodo de reajuste entre el adolescente que pensó que era y el joven que está construyendo para el adulto que quiere ser.

Luego de la lucha que supone para muchos la toma de decisión de la carrera, vienen las dudas de si están tomando las decisiones correctas para una inserción laboral que les permitirá sostener un estilo de vida acorde a sus expectativas. El joven actual evidencia mucha presión por el éxito profesional, por el reconocimiento social y en los medios digitales.

También teme no tener un trabajo que le permita llevar un balance entre las horas laborales y las actividades de ocio. Son testigos de otras generaciones saturadas en horas de oficina y buscan romper ese formato tradicional de 8:00 a 5:00. Sin embargo, en muchos de ellos la falta de certeza en ese cambio de paradigma del mundo laboral, se traduce en ansiedad y miedo a la vida adulta con todas sus responsabilidades.

La postura ideal

En este momento de transición, los padres pueden ser fuente de seguridad o detonantes de angustia, en función de cómo navegan el periodo de adaptación y cambio en la rutina de los hijos. Los padres necesitan reajustar sus expectativas, los límites, las rutinas y hasta su rol en esta etapa de crianza. Es ideal que reconozcan que, en ese momento, los hijos necesitan tomar decisiones y asumir consecuencias, conocer sus habilidades para la resolución de problemas y sentirse capaces.

Para esto es necesario asumir una postura abierta y reflexiva que permita crear un espacio de comunicación honesto en el ambiente familiar de forma que el joven esté dispuesto de mostrar sus nuevos intereses, comentar sobre sus nuevas experiencias, cuestionar incluso posturas de la familia en un ambiente de respeto, donde no prime la crítica, la exigencia, el menosprecio o la prohibición.

Si como familia se encuentran en este momento y sienten que no están logrando conectar con su hijo en esta etapa, dense la oportunidad de buscar ayuda externa.

El joven está experimentando los primeros pasos para la vida adulta y la forma en la que los padres abordamos esas diferencias, las crisis y frustraciones será evidencia de coherencia o no entre lo que hacemos y le pedimos que haga. Será más sano, reconocer que como padres necesitamos ayuda que perder la posibilidad de respeto y admiración por la incoherencia entre nuestro discurso y nuestros actos.

La autoraes psicóloga clínica, terapeuta infanto-juvenil y directora del Decanato de Estudiantes de la Universidad Iberoamericana, Unibe.

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