Relacionan la extirpación temprana de ovarios con el desarrollo de enfermedades crónicas
La extirpación de los ovarios puede causar una alteración endocrina en múltiples tejidos y órganos, como el cerebro, los músculos, los huesos, los vasos sanguíneos, el corazón y el tracto gastrointestinal.
Un nuevo estudio publicado en 'Menopause', la revista de The Menopause Society, ha asociado afecciones médicas crónicas específicas, como el asma y la artritis, con la ooforectomía bilateral premenopáusica (OBP), es decir, la extirpación de ambos ovarios.
La histerectomía (extracción del útero) es la segunda intervención quirúrgica más frecuente en las mujeres, después del parto por cesárea.
Históricamente, se calcula que el 23 por ciento de las mujeres de 40 a 44 años y el 45 por ciento de las mujeres de 45 a 59 años se han sometido a OBP en el momento de la histerectomía para la prevención del cáncer de ovario subsiguiente.
Muchas de estas mujeres se consideraban con un riesgo medio de cáncer de ovario. Estudios recientes sobre los posibles efectos negativos de la OBP sugieren que los riesgos añadidos no siempre compensan los posibles beneficios, especialmente en mujeres con un riesgo basal medio de cáncer de ovario. En consecuencia, las tasas de OBP han empezado a disminuir, pero solo en algunas zonas geográficas.
Además de su función reproductora, los ovarios también afectan a múltiples órganos y sistemas de todo el cuerpo. Dado que segregan hormonas tanto antes como después de la menopausia, la extirpación de los ovarios puede causar una alteración endocrina en múltiples tejidos y órganos, como el cerebro, los músculos, los huesos, los vasos sanguíneos, el corazón y el tracto gastrointestinal.
Algunas investigaciones previas también han sugerido que podría existir una asociación con enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo o demencia. La mayoría de estos estudios señalaron que el riesgo era mayor para las mujeres que se sometían a la OBP antes de los 46 años.
Sin embargo, estos estudios anteriores se basaban en la recopilación pasiva de resultados, principalmente mediante la abstracción de historias clínicas. En este nuevo estudio, en el que participaron más de 500 mujeres, de las cuales algo más de la mitad se habían sometido a OBP, se realizaron evaluaciones en persona, por término medio, 22 años después de la OBP.
En comparación con las mujeres que no se habían sometido a la OBP, las que se sometieron al procedimiento cuando tenían menos de 46 años presentaban un mayor riesgo de artritis, asma, apnea obstructiva del sueño y fracturas óseas. También caminaban una distancia menor en una caminata de 6 minutos.
Las mujeres con antecedentes de OBP cuando tenían entre 46 y 49 años presentaban un mayor riesgo de artritis y apnea obstructiva del sueño. No se identificaron diferencias significativas en el estado cognitivo entre los dos grupos de mujeres. Los investigadores recomiendan que se realicen estudios longitudinales con un seguimiento prolongado para evaluar si surgen diferencias adicionales en la función cognitiva y física a edades más avanzadas.
"Estos resultados ponen de relieve los posibles efectos negativos a largo plazo de la OBP y son importantes para que las mujeres con un riesgo medio de cáncer de ovario los tengan en cuenta a la hora de sopesar los riesgos y beneficios de la ooforectomía bilateral con o sin histerectomía antes de la menopausia", afirma Stephanie Faubion, directora médica de The Menopause Society.