La Vida

La historia del “Teacher Frías”, el peculiar profesor de inglés que lleva sus clases de las aulas a las redes sociales

Desde el verbo “to be” hasta temas más complejos, el Teacher Frías explica con carisma a cada uno de sus alumnos lo necesario para aplicar el inglés en sus vidas 

Profesor Pablo Frías, en una entrevista para Listín Diario.Rubí Morillo / LD

“No era mi intención el asunto que está pasando ahora, fue fortuito”, dice Pablo Frías con una sonrisa, tratando de explicar cómo empezó a enseñar inglés hace cerca de 35 años y su reciente popularidad entre los jóvenes.

Sin buscarlo, el jocoso señor de 58 años conocido por sus estudiantes como “Teacher Frías”, ha ganado miles de seguidores en sus redes sociales, producto de sus clases musicales virales y sus pegajosas lecciones.

Desde el verbo “to be” hasta temas más complejos, el Teacher Frías explica con carisma a cada uno de sus alumnos lo necesario para aplicar el inglés en sus vidas y causar un “impacto”.

Todo empezó cuando siendo muy joven y apenas aprendía el idioma en un instituto, una experiencia lo marcó: Los profesores dedicaban sus esfuerzos al que “más sabía”, mientras él se sentía olvidado, pues casi no participaba en clases por su personalidad introvertida.

A partir de allí, entendió que su vocación era “enseñar a los que realmente no saben”, a esos estudiantes que no destacan en las aulas.

“Entonces yo dije: Yo no quiero ser el que enseña a los que saben”, dejó esto muy claro. Este pensamiento suyo ha dado frutos.

Una vida “solitaria” con una gran imaginación

Pablo César Frías Turbides nació el 10 de marzo de 1965 en San Carlos. Los primeros 15 años de su vida los pasó en el Ensanche Luperón junto a sus padres.

Hijo único, con sus progenitores ya fallecidos y sin sucesores, Pablo describe una gran parte de su vida como solitaria. Siendo un niño, la televisión y los libros cultivaron su vasta imaginación.

Los idiomas tocaron las puertas de su vida en plena adolescencia, cuando casi por obligación de su madre, también maestra, tuvo que estudiar inglés en un instituto.

“A mí no me gustaba el inglés para nada. Mi madre insistía y entonces tuve que pasar todos esos años en el inglés, me inscribieron en institutos y eso era prácticamente obligado”, recuerda entre risas.

Finalizado el bachillerato, Pablo empezó a estudiar medicina en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu), pero estaba lejos de ser su vocación, por lo que nunca finalizó la carrera.

Narra que siempre se vio detrás de cámaras de algún programa de televisión, pero nunca llegó a darse la oportunidad. Ahí fue cuando la educación llegó a su vida, casi por “azar”.

En 1986 empezó a estudiar inglés en la Universidad Tecnológica de Santiago UTESA, recinto Santo Domingo. Le comenzó a gustar el idioma porque imitaba los acentos de angloparlantes de acuerdo a la región en la que habitaban.

De ahí fui cogiéndole cariño, pero fue un hobby para mí. Todo el material del inglés yo lo consumía en un mes”, recuerda.

Sus primeros pasos en la enseñanza

En 1988 empezó a trabajar en un instituto cerca de su casa y con el paso del tiempo su fama entre los estudiantes fue creciendo. Se iban añadiendo más y más personas deseosas de aprender. “Yo quiero estar con Pablo porque él me entiende”, decían.

Posteriormente, fue estudiando diferentes técnicas de enseñanza, lo que fortaleció su manera de educar y creció en el aspecto didáctico. Entre sus estudios, destaca un diploma en Profesorado en Inglés por la Universidad de Arizona.

Enseñarles a peloteros, un reto y una idea brillante

Relata que uno de sus mayores anhelos era trabajar con peloteros, deseo que cumplió en el 2011.

Ahora trabaja para los Medias Blancas de Chicago enseñándole inglés a los jóvenes beisbolistas firmados, con el propósito de que dominen el idioma antes de llegar a Estados Unidos. Aquí se hizo una pregunta que luego sería decisiva en su carrera: ¿Cómo aprende inglés un pelotero?

“El problema de mis colegas al inicio era que la manera de enseñanza era de instituto y los peloteros son personas diferentes”, explica.

A través de la observación percibió que generalmente los beisbolistas son kinestésicos musicales, en otras palabras, tienen la capacidad de aprender nuevas cosas a través del cuerpo y el tacto, pero también la música.

¡Voilà!

“Yo como curioso que soy siempre estoy observando, dije ven acá, pero los muchachos es de esta manera que tengo que enseñarles”, resalta.

A inicios de este año visitó Arizona, Estados Unidos, e implementó por primera vez pistas musicales urbanas para sus estudiantes prospectos. Allí les preparó un “show” que dio mucho de qué hablar: A todos les encantó.

El video viral “I am, I was”

Cuando volvió de su viaje, sus estudiantes del Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA) lo grabaron enseñándoles la misma lección que les había dado a los peloteros… Se volvió viral.

“Cuando veo que eso se hace viral y la gente solicitando que haga más videos, se me ocurrió hacer videos”, este fue su punto de partida para su salto a sus clases en redes sociales.

Él mismo es quien sube y edita sus videos, nacen de la inspiración.

Ahora me siento comprometido. El contenido, como le decía a uno de mis haters, yo lo hago para personas que tienen ese tipo de dificultad y aprenden de esa manera”, puntualiza.

No siempre sus clases son musicales

Ya sea en el ITLA o con los beisbolistas, el Teacher Frías analiza el tipo de público al que van dirigidas sus clases y a partir de ahí decide cómo impartirlas.

“No van a aprender si yo les impongo una metodología. Quiero saber de qué manera aprendes para que ese conocimiento tú lo domines y lo pongas en práctica”

Pablo FríasProfesor de inglés 

“Teacher Frías”: El profesor de inglés que lleva sus clases a las redes sociales


Las clases no son necesariamente musicales, aunque hay estudiantes principiantes que se las solicitan porque así pueden aprender de manera sencilla y divertida. Su mayor satisfacción es cuanto ve la retroalimentación de sus alumnos.

“Enseñarles a los que menos pueden”

Pablo sueña con tener su propio espacio para enseñarles a aquellos que menos pueden, totalmente gratis.

“No enseñarles inglés, enseñarles mi conocimiento de la vida”, resalta con una sonrisa. Para él la superación personal de sus estudiantes también es suya.

“Yo me siento parte de todos”, dice.

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