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¿Te pesan y se te hinchan las piernas con el calor? Sigue estos consejos

El calor tiene una repercusión directa en nuestro sistema circulatorio provocando sensación de pesadez e hinchazón en piernas y manos

Pies hinchadosFuente externa

En personas con problemas circulatorios, como las varices de las piernas, el calor tiene mayor efecto y condiciona su calidad de vida.

Y esto se debe a que la subida de las temperaturas altera el funcionamiento del mecanismo de regulación térmica del cuerpo que intenta, a través del sudor y de la dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, disminuir la temperatura global del organismo.

“El calor en verano posee un efecto vasodilatador: las venas se dilatan y, de algún modo, circula más sangre y esto hace que tienda a acumularse más en las extremidades”, señala Gemma Chiva Blanch, profesora agregada e investigadora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Según la UOC, se calcula que una de cada tres personas sufre síntomas asociados a una mala circulación sanguínea y al calor.

Esta acumulación de sangre en las extremidades derivada del calor puede provocar que se hinchen, sobre todo piernas, pies y manos. Y si se tienen varices, con las altas temperaturas se pueden dilatar más fácilmente y crecer, con la consiguiente molestia e incluso dolor para la persona que las padece.

También, dado que el calor hace que la sangre circule más despacio y que se modere el retorno venoso, cuesta más que llegue a manos y pies, donde hay muchas terminaciones nerviosas. Esto puede causar una sensación de frío y hormigueo.

Ocho consejos para mejorar la circulación sanguínea

Gemma Chiva Blanch, especialista en nutrición e investigadora en endocrinología y nutrición, explica que a pesar de que haga calor, se pueden tomar una serie de medidas para mejorar la circulación sanguínea y prevenir sus efectos.

Evitar el sedentarismo que propicia que se acumule más sangre en las piernas. “Hay que hacer ejercicio diariamente, ya sea saliendo a pasear al anochecer a paso rápido o nadar un rato en el mar o en una piscina”, aconseja.

Una buena hidratación es fundamental. “Hay que tomar principalmente agua, no hidratarse a base de zumos ni bebidas azucaradas con gas que no son saludables y, además, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares”, afirma. También debe evitarse el consumo de alcohol, puesto que tiene un efecto deshidratante.

No pasar mucho tiempo ni sentados ni de pie, porque puede provocar retención de líquidos.

Refrescarse, ya sea con una ducha de agua fría o de contrastes en las piernas, alternando agua fría y tibia, o yendo a la playa, a la piscina o a un río. “El agua fría tiene un efecto vasoconstrictor, las venas se cierran un poco y bombean mejor la sangre de retorno hacia el corazón”, explica.

La dieta tiene que ser muy rica en frutas y verduras, ya que contienen grandes cantidades de agua y, además, vitaminas y compuestos bioactivos que favorecen la circulación de la sangre. Se desaconsejan las dietas muy pesadas. “Cuando comemos, la sangre va al estómago y el corazón bombea más para intentar mantener todo el volumen de sangre. Si comes mucho, haces trabajar más al sistema”, afirma la investigadora.

La ropa tiene que ser ligera, cómoda y transpirable, sin apretar.

Es recomendable mantener las piernas elevadas durante al menos media hora. Hacerse masajes en los pies y en las piernas también puede ayudar a estimular la circulación de la sangre. Eso sí, remarca Chiva Blanch, no son necesarias cremas especiales, una hidratante normal es suficiente: “Salvo que exista un diagnóstico médico concreto y que desde atención primaria se haya recetado el uso de determinadas cremas, tiene la misma efectividad hacer deporte o aplicar duchas de agua fría en las piernas”, asegura.

Debe evitarse la exposición directa al sol en las horas de máxima insolación, así como el consumo de tabaco, que tiene un efecto muy negativo sobre las paredes de las venas.

Mujeres, uno de los grupos vulnerables

Las mujeres suelen mostrar una mayor incidencia de problemas circulatorios, como varices. En concreto, a partir de la menopausia y, en general, a partir de los 40 años es cuando los problemas o bien aparecen o se agudizan si ya estaban presentes, como por ejemplo pesadez de piernas.

La profesora agregada e investigadora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC recalca la necesidad de que las mujeres se mantengan activas, pongan especial énfasis en la hidratación y tomen duchas frías y de contraste en las piernas para combatir los efectos del calor.

También las personas que sufren enfermedades cardiovasculares, diabetes, síndrome metabólico, obesidad o hipertensión también son más vulnerables al calor. “Sobre todo, hay que hidratarse muy bien. En una ola de calor, lo que puede causar la muerte de una persona es, precisamente, la falta de hidratación”, aconseja la experta.

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