educación superior
La universidad y la formación de profesionales capaces de cambiar el mundo
Esto se logra fomentando la investigación, la innovación, la diversidad y la inclusión, educando a futuros líderes, promoviendo la sostenibilidad.
Hace unos meses durante una tertulia organizada por el área de innovación educativa de una reconocida universidad, para discutir el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la educación, la rectora confesó que le había preguntado a Chat GPT cómo las universidades de hoy pueden contribuir a cambiar el mundo.
Para su satisfacción, el sistema de chat por IA le contestó que las universidades pueden hacerlo fomentando la investigación y la innovación, educando a futuros líderes, fomentando la diversidad y la inclusión, y promoviendo la sostenibilidad.
Los asistentes al encuentro, que eran docentes y colaboradores de la universidad, reconocieron tan rápido como ella esas estrategias, pues formaban parte de la filosofía institucional.
Decía Nelson Mandela que la educación es el arma más poderosa que tenemos para cambiar el mundo. Sin duda, cuando además de garantizar la formación de profesionales eficaces, con las destrezas y competencias técnicas requeridas para el ejercicio de su carrera, las instituciones de educación superior integran la formación en valores y habilidades fundamentales para la vida, su poder aumenta de manera exponencial.
El objetivo debe ser contribuir a la formación de profesionales comprometidos y capaces de ser agentes de cambio en la sociedad. Educar para la vida y no solo para el trabajo. Howard Gardner, neurocientífico y autor de la teoría de las inteligencias múltiples, asegura que las malas personas no puedan ser profesionales excelentes, que podrán lograr pericia técnica, pero jamás la excelencia.
Pensamiento crítico
Cuando una licenciatura en Derecho desarrolla en sus estudiantes valores como la ética, la integridad, el liderazgo, el servicio, el respeto por los derechos humanos y la justicia social, además de las destrezas técnicas que le permitan destacarse en su ejercicio con éxito, esos abogados pueden ayudar a cambiar el mundo.
De igual manera lo harán los estudiantes de Psicología, si son formados para tener pensamiento crítico, ser reflexivos, sensibles a las necesidades sociales, empáticos y respetuosos de la diversidad, además de dominar las estrategias de prevención y promoción del bienestar psicológico de las personas.
Los educadores que hayan aprendido a ser innovadores, a celebrar las diferencias, a inspirar y sembrar en sus alumnos el hambre de conocimiento, también serán agentes de cambio. Y así lo serán los administradores, comunicadores, médicos y arquitectos si son formados en estas competencias y con sentido de la responsabilidad social.
La rectora que hace unos meses exploraba las capacidades de Chat GPT es la doctora Odile Camilo Vincent, de la Universidad Iberoamericana, Unibe, quien en su discurso durante la quincuagésimo quinta graduación de la institución, celebrada el pasado sábado, reflexionaba sobre la responsabilidad que tienen las universidades de educar en valores, más allá de enseñar habilidades técnicas, de manera que sus egresados estén preparados “para enfrentar los desafíos éticos que pueden surgir en su trabajo”.
Forjando líderes
En Unibe, impulsar cambios e impactar positivamente la sociedad es misión institucional. La universidad tiene como propósito convertir la educación en una experiencia innovadora y transformadora, que asegure el desarrollo de las personas y fomente una ciudadanía comprometida local y globalmente.
Por esa razón, ha creado un modelo educativo que desarrolla en sus estudiantes liderazgo y sensibilidad a los temas ambientales, pensamiento crítico, creatividad e innovación, y promueve que sus egresados se destaquen por ejercer su profesión en un marco ético y ciudadano. Asimismo, Unibe prioriza el bienestar de toda la comunidad universitaria a través de iniciativas y servicios promueven la salud física y emocional.