literatura

Armando Lucas Correa: “Para mí no existe síndrome de la página en blanco”

Es el tercer libro que presenta en Santo Domingo el escritor cubano.

Es el tercer libro que presenta en Santo Domingo el escritor cubano.

Cuando terminó su obra más popular, “La niña alemana”, traducida en 17 idiomas y recientemente agregando el ruso a su lista, el escritor y periodista cubano Armando Lucas Correa presentó, lo que, en ese entonces, era una idea, ‘La viajera nocturna’.

Todo lo que tenía era una clara concepción en su mente a la que posteriormente empezó a darle forma hasta durar cuatro años desarrollándola y traer esta nueva pieza que envuelve en una fusión de historia, realidades y ficción, con cuatro mujeres como hilo conductor.

“Todo lo que tenía era esto: -Es la historia de una joven poeta alemana que tiene una hija mestiza con un músico Alemán negro. El día que cumple siete años, la madre tiene que hacer lo imposible para sacar a Lili, su hija, de Alemania por que se habían instaurados las nuevas leyes raciales que decían que los niños mestizos, a esa edad, tenían que ser esterilizados o enviados a un campo de concentración; las niñas se esterilizaban con rayos X y los niños con vasectomía sin anestesia. Esta mujer hace lo imposible para sacar a su hija y logra que una familia judía acepta y se la lleve en el barco San Louis con los refugiados judíos y es de los 28 pasajeros que desembarcan en La Habana”.

Un gran secreto

En su visita y presentación en Santo Domingo, relata que esto fue lo que presentó y de ahí su cabeza lo fue complejizando hasta convertirlo en una novela muy compleja en su estructuración que, aunque él la concibe como una novela lineal, incluye saltos al pasado para explicar el presente. 

“Hay saltos de cinco años y al final de 75 años para entender el gran secreto que esconde el libro”, narra. Esta historia tiene ciertos rasgos que fijan para su autor una personalidad propia, separándola de libros como “La niña alemana” o “La hija olvidada”, que cuenta con referencias históricas similares. Y es que está, para él, es la más cubana de sus novelas y, además, refleja el matriarcado en el que creció.

Aunque la historia inicia en la década del 1930 en Berlín, Lili llega a La Habana en mayo de 1939, va a la escuela, se enamora, crece y hace vida en Cuba. Cuenta que la que describe es una Habana idílica de los años 40-50. Después viene una dictadura, un golpe de estado y su novio es un aviador y, cuando triunfa la revolución, pues ella está embarazada y al marido lo detienen, ella se ve sola y decide tomar la misma decisión que su madre, la cual ella nunca le perdonó y es enviar a su hija a Estados Unidos sola en una operación Pedro Pan, que es real.

En 1960-1962, con ayuda de la iglesia católica más de 14 mil niños cubanos salieron sin sus padres para salvarlos del comunismo. Muchos de ellos nunca se encontraron porque se rompieron las relaciones entre ambos países. Los hechos históricos son reales. Para mí es importante que las novelas históricas, aunque sea ficción, logren la credibilidad con el público que sabe que es veraz”, agregó.

Un escritor lento

A diferencia de muchos escritores, Armando Lucas Correa se considera un escritor lento, un lector que escribe, y que tiene que leer mucho para poder escribir; antes de escribir tiene que leer 45 minutos. “Mi cabeza se dispara. Para mí no existe el síndrome de la página en blanco o eso de que no sé qué voy a escribir. Yo necesito tener tiempo, sentarme y siempre tengo ideas y mi cabeza va más rápido que lo que mi mano puede escribir”, destaca.

Es su tercer libro que presenta en Santo Domingo, y el primero que lleva el cubano a Santiago, República Dominicana.

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