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Ocho obras para recordar el diálogo entre Picasso y las Américas

La exposición se organizó en el marco del 50 aniversario del fallecimiento del artista. 

Pablo Picasso. Foto:EPArchivo

Hacer un homenaje a la relación velada entre los artistas latinoamericanos y Pablo Picasso (1881-1973) es el objetivo de una muestra inaugurada esta semana en el Museo de las Américas de Washington, con ocho obras de artistas que tuvieron conexiones con el pintor.

"Queremos resaltar el diálogo entre la obra de Picasso y la obra de los artistas latinoamericanos. Es un diálogo que nosotros creemos que era recíproco", cuenta a Efe Adriana Ospina, directora de este museo perteneciente a la Organización de Estados Americanos (OEA).

La pequeña muestra, que se expone en una sala del centro cultural, ha sido organizada en colaboración con la Misión Observadora de España ante la OEA y está compuesta por ocho pinturas de artistas, en cuya obra tuvo una influencia directa el español.

El cuadro "La última serenata" de Emilio Pettoruti de 1937 o "Mujer esperando" de la cubana Amelia Peláez de 1944 son algunas de las pinturas que se exponen y muestran que Picasso fue "una de las referencias que tenían los artistas latinoamericanos en aquel entonces", sobre todo en la primera mitad del siglo XX, profundamente influenciados por el cubismo.

"La mayoría de estos artistas pasaron mucho tiempo de su carrera en París en lo que los historiadores del arte llaman encuentros transatlánticos. En la primera mitad del siglo XX, siendo muy jóvenes, se iban a París y trataban de estar muy cerca de la escuela cubista y de Picasso", detalla Ospina.

La exposición, organizada en el marco del 50 aniversario del fallecimiento del artista, cuenta con una litografía del cuadro "L'Aubade", que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le ha prestado al museo.

Algunos de los artistas conocieron directamente a Picasso, entre ellos el uruguayo Carlos Páez Vilaró. "Se conocieron cuando el uruguayo fue por primera vez a París a estudiar el cubismo. Visitó a Picasso y ahí se generó una relación recíproca en donde entre ambos se criticaban la obra, intercambiaban arte…", explica Ospina.

Este artista es también el autor de uno de los secretos que guarda la sede de la OEA en Washington, un mural de 162 metros de largo en el túnel que une dos de los edificios de la organización.

Pintado en 1960, "Raíces de la Paz" -que no está abierto al púbico ni es parte de esta exposición- tiene una fuerte influencia picasiana, con alusiones directas al "Guernica" y a iconos de la pintura del malagueño como los toros o las mujeres cubistas.

La muestra "Un diálogo con las Américas" busca también recordar cuando en 1973 la Asamblea General de la OEA aprobó, seis días después del fallecimiento del pintor, una resolución homenaje en la que se anunciaba una muestra de artistas latinoamericanos honrando al español.

La exposición se abrió el 25 de octubre de 1973, el día en el que Picasso habría cumplido 92 años, y contaba con obras de 24 artistas de los países que entonces formaban la OEA.

De aquel entonces se muestra solo un cuadro, "Homenaje a Picasso: Las verdaderas damas de Aviñón", que el mexicano José Luís Cuevas pintó en 1973 para la exhibición.

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