REALIDAD Y FANTASÍA
La basura nos ahoga
El problema de la basura tiene a Emma sumamente disgustada, refunfuña el día entero, por más que trato de razonar, ella no está dispuesta a torcer el brazo. Mi morena cocinera tiene toda la razón. Por nuestra calle, en Arroyo Hondo Viejo, la basura del colegio que nos queda enseguida y la nuestra se depositan en contenedores construidos con ese propósito. Los encargados de la recogida de basura, tranquilamente recogen a veces la correspondiente al colegio y la nuestra no, dejando además los contenedores abiertos y la basura derramada por la acera. Es un espectáculo degradante y nauseabundo, en un sector residencial y además con un colegio, los niños al salir de clases tienen que atravesar aquel foco de contaminación y enfermedades, no les queda otro remedio, so pena de tirarse al medio de la calle, con el peligro de que los atropelle algún carro.
Pagamos, religiosamente, la suma de ocho mil pesos mensuales, algo sumamente caro, para el triste servicio que nos dan. Hemos llamado, enviado cartas, correos electrónicos, nos hemos valido de amigos, en fin, hemos hecho todos los esfuerzos, sin obtener resultados. Emma me dijo, confidencialmente, que uno de los empleados del ayuntamiento le había advertido que si no les dábamos una buena propina, no harían su oficio. ¡¡Es decir que solo mediante el chantaje se llevarán a cabo los servicios que pagamos a tan alto precio!!
Tenemos el cuidado de empacar todo en bolsas para que sea más higiénica la recogida. Pero nada vale, hasta rompen las fundas y esparcen los desperdicios. El muladar es permanente. En el colegio, además, existe la iglesia parroquial, por lo que los fieles deben atravesar por entre ratas y basura para ir al templo. Esto tiene no solo a Emma de mal genio, sino al vecindario entero. Ojalá las autoridades municipales lean este artículo, o alguien se lo comente, porque, definitivamente, ¡no hay quien lo aguante!