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¿Qué tan asertiva es tu comunicación?

Elegir las palabras adecuadas, la información honesta, con empatía y respeto al oyente, es señal de buena educación.

Cada persona tiene un punto de vista. Al escuchar se crea empatía y se favorece un mejor entendimiento.Getty Images/iStockphoto

El buen trato es reflejo de la educación y buenas costumbres que posee una persona. Elegir las palabras adecuadas, la información honesta, con empatía y respeto al oyente. La mejor tarjeta de presentación de una persona es el don de gentes. Hay personas susceptibles que se sienten lastimadas por cualquier interpretación que asumen ante cualquier mirada, esas deberían de gestionar sus emociones antes de reaccionar. La utilización de palabras hirientes hacia los demás es inadmisible. En relaciones familiares o de parejas, con frecuencia pifian haciendo bullying alegando sentido del humor a costa del otro. Jefes que agreden verbalmente a empleados y ni hablar de otras que acuden como clientes a alguna entidad de servicios como bancos, salones, restaurantes y otras entidades a mostrar su descontento de una forma hostil.

Hay quienes piensan que “ladrando fuerte” se darán a respetar, escudándose en una posición de poder, un apellido o creyéndose omnipotente van a solucionar la situación, en su megalomanía están convencidos de ganar sin pensar que en apariencias se genera una respuesta favorable, pero en realidad, sus consecuencias pueden ser perniciosas, no solo de la persona agraviada (frecuentemente escuchado venganza entre empleados agredidos con acceso a la preparación de sus alimentos), sino en los demás testigos .

En ocasiones el acaloramiento veraniego, las circunstancias frustrantes, los desafíos que afrontamos a diario en temas familiares, laborales o financieros, aunadas a algunos trastornos de personalidad y a escasa educación doméstica (a veces inexistente en los hogares) y otras justificaciones más pueden explicar estas personalidades indeseables. La comunicación asertiva es otra materia incluida en la educación elemental.

Si bien es cierto que no sólo las buenas maneras abren puertas, puedo jurar que las malas alejan amistades, arruinan parejas, contrarían relaciones, truncan negocios, ahuyentan oportunidades. Sólo se mantienen cerca los dispuestos a tolerar insolencia y desconsideración, “hijos del maltrato”, permanecen enganchados a pesar de atropellos y humillaciones, por intereses económicos, una autoestima deficiente, miedos o intereses ulteriores.

Si descubres que estás en alguna de estas posiciones, quizás sea el momento de trabajar tus emociones, psicoeducarte y cultivar una comunicación asertiva, incluye el lenguaje no verbal o corporal. Una de las estrategias expuestas para eficientizar un buen intercambio es evitar las suposiciones y preguntar, no desde el juicio, sino desde el deseo genuino de comprender la posición del otro. Elegir tus batallas es señal de inteligencia emocional.

Una técnica de comunicación eficiente consiste en hablar en primera persona. Por ejemplo: “Me parece que tenemos un punto de vista distinto”, en vez de “Te equivocas”. Originas una reacción distinta en el interlocutor. Se requiere saber escuchar y ponderar la posición del otro para poder comprenderlo. Que se sienta atendido. En toda circunstancia existe mi verdad, su verdad y la verdad. Cada uno tiene un punto de vista, al escuchar se crea empatía, y favorece un mejor entendimiento, otro a disponerse a hacer lo mismo, conciliando diferencias y buscando soluciones que lleven a un resultado donde todas las partes sean beneficiadas.