La Vida

BIEN SOCIAL

Un abrazo a los ancianos y alegría para los niños: la misión de amor de un grupo de jóvenes con propósito

Desde 2018, han impactado a más de seis comunidades, 50 familias y unos 1,000 niños, además de decenas de adultos mayores

Fotografía suministrada por proyecto humanitario Jóvenes con Propósito muestra el momento en el que voluntaria baila alegremente con anciano en actividad que tuvo lugar en hogar de acogida.

El señor lloraba de manera desconsolada cuando la joven Rosamelia se le acercó con un regalo inesperado que le llegó hasta el alma.

Ella le preguntó qué le pasaba, que si se encontraba bien. La respuesta vino unos cinco minutos después: “Estoy llorando de felicidad, tenía años que no me daban un abrazo”.

Este gesto es la muestra más sublime de un proyecto humanitario al que decenas de jóvenes, que no sobrepasan los 25 años, se han unido sin pensarlo dos veces, y en una sola voz, haciéndose llamar Jóvenes con Propósito.

Fotografía suministrada por Jóvenes con Propósito muestra a la joven Rosamelia dando caluroso abrazo a envejeciente en primera actividad del proyecto humanitario en 2018.

Además del cariño y calor humano, esta tropa solidaria se ha dado la tarea de llevar a hospitales, hogares de acogida de ancianos, y niños, así como también comunidades marginadas, comida, medicamentos, ropa, juguetes y otros recursos por los que reciben testimonios de gratitud como el de la señora Clara, luego de que terminaran una misión en el hogar que ella administra.

Ella los llamó dos días después para darles las gracias, porque en 10 años que tenía esa casa de ancianos, nunca había recibido una donación tan grande como la que los chicos le llevaron. Utilizando su propio ingenio para recaudar fondos: pidieron ropa en buenas condiciones a través de redes sociales y utilizaron sus recursos para ir a comunidades rurales a venderlas.

“Le dio hasta para tres meses para usar. Era tanta que ella lo compartió con varios residentes de la comunidad, pudo bendecir a otras familias y quedarse con una buena provisión”, dijo Samuel Infante, de 23 años, coordinador general de Jóvenes con Propósito.

Como la misión en el hogar de Clara, el equipo se ha propuesto desde hace cinco años el objetivo de llevar alegría a niños y niñas en zonas vulnerables y de ser un rayito de esperanza para ancianos desprotegidos de la nación.

Desde 2018, con su labor, han impactado a más de seis comunidades, 50 familias en situación de vulnerabilidad y a unos 1,000 niños que se encuentran en hospitales, hogares de acogida y comunidades marginadas; además, a decenas de adultos mayores en condiciones de abandono y en refugios.

Fotografía cedida por Jóvenes con Propósito muestra joven sonriendo en el momento en que voluntarios comparten en labor en una comunidad.

Desde el altruismo

Todo se inició hace cinco años con una idea de Samuel, quien tenía en ese entonces 19 años, cuando le hablaba a una amiga, sentado en la sala de su casa, sobre su experiencia en misiones que hacía la iglesia en la que se congregaba.

Eran muchas las emociones y sentimientos positivos que experimentaba en cada actividad. Esto lo hizo interesarse por el servicio desde “el amor al prójimo”, algo que traspasó a otros muchachos como él.

De inmediato, planeó la primera edición de “Diciembre Diferente”, que constó de dos actividades, una tuvo lugar en el Hogar Escuela Faro de Luz, ubicado en el ensanche Ozama, de Santo Domingo Oeste; la otra, en el Hogar de Ancianos de la Iglesia Comunitaria Cristiana, que se encuentra en la Ciudad Colonial.

“Contacté a unos amigos diciéndoles: ¡Miren!, vamos a hacer que este diciembre sea diferente. Y no dudaron, pasaron a ser coordinadores de esa actividad de diciembre”, narró el joven.

En el Hogar Escuela Faro de Luz compartieron un almuerzo navideño junto a los infantes, enseñanzas bíblicas, los contentaron con juguetes, ropa, dejaron alimentos para tres meses y realizaron algunas dinámicas recreativas junto a ellos.

“Le escribí a Desiree Pérez (también coordinadora del proyecto con 23 años de edad) para que se sume a los coordinadores y me dijo: pero, ¿por qué no lo hacemos también para ancianos, como un hogar? Ya te puedes imaginar, nosotros en 2018 con recursos limitados, no producíamos nada y yo le respondí: ¿Tú estás segura, Desiree, para niños y para ancianos?, a lo que ella me respondió que sí y sin muchas excusas le dije vamos a darle (…) si nosotros pusimos a Dios en este proyecto, el señor proveerá, y efectivamente, lo hicimos un sábado para niños y un sábado para ancianos, y nos fue tan bien que otros jóvenes se añadieron al proyecto. Dijimos debemos seguir haciéndolo…”, rememoró con entusiasmo.

Fotografía suministrada por Jóvenes con Propósito muestra el momento en que los chicos culminaban primera actividad "Un Diciembre Diferente". 

“Una de las dinámicas fue ‘jornada de abrazos a los abuelos’, y al pasar 10 minutos de la dinámica nos dimos cuenta de que un señor estaba llorando (con jipíos), y nos preocupamos por la intensidad del lloro. Le preguntamos si estaba bien, si le pasaba algo o si le molestaba algo; pasaron cinco minutos más y nos respondió: ‘Estoy llorando de la felicidad, tenía años que no me daban un abrazo’”, contó el joven graduado de derecho.

De ahí en adelante, a ese grupo de amigos que se reunió e hizo posible estas actividades, le siguió la corriente otro grupo de jóvenes altruistas y con deseos de ayudar a su patria. Lo que ha venido después ha sido grande.

“Buscamos nuestro nombre, no le dejamos ‘Diciembre Diferente’ porque queríamos seguir haciéndolo. Nos guiamos con el lema de que queríamos ser un grupo de jóvenes que se caractericen por ser diferentes, y a partir de eso continuamos haciendo proyectos anuales sin interrupción. Estamos para servir y extender de una forma u otra nuestra mano amiga a quienes nos necesitan y el propósito es que estos muchachos que conforman Jóvenes con Propósito tienen un propósito… sirven a la patria, porque cuando tú sirves a tu prójimo, tú estás sirviendo de alguna manera también a tu país”, dijo.

Han recorrido en sus denominadas “Misión con Propósito” el Batey El Reventón, en La victoria; el Cruce de Maricusa, en San Luis; Los Haitises, en Santo Domingo Este; el Batey El Hoyo de las Minas, en Santo Domingo Este; Las canoas de Azua, en Azua de Compostela; la comunidad de Maquiteria, San Cristóbal; Estancia Nueva-San Isidro, en Santo Domingo Este, y la comunidad Cortebolo, en San Luis (tres ocasiones).

Fotografía suministrada por Jóvenes con Propósito muestra a los chicos junto a niños que fueron beneficiados con útiles escolares.

Entregar un mensaje de aliento

Lo más importante para Jóvenes con Propósito es alentar los corazones de cada longevo o infante con los que tienen oportunidad de compartir. Tratan de dejar en los eventos, una marca. Esa marca es un mensaje de aliento.

“Jesús no vino a este mundo ser servido, sino a servir y justamente nosotros seguimos ese propósito, el poder llevarle una palabra de aliento a una persona e incluso orar con ellos, es un ejemplo que el señor nos dejó y es un legado que queremos continuar”, fue lo que expresó la estudiante de educación inicial Yomalis Sánchez, de 20 años de edad y quien funge como voluntaria.

Por su parte, la estudiante en odontología Desiree manifestó que ese mensaje es lo que los caracteriza.

“Les decimos que Dios no se ha olvidado de sus necesidades, que está ahí, que está pendiente, que Él es la única solución a cualquier problema, ya sea salud, económico, emocional y de cualquier índole”, comentó Desiree.

Fotografía suministrada por Jóvenes con Propósito muestra el momento en que los muchachos se encuentran alegrando a los niños del Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral.

Mayor reto: “Subestimación”

¿Ustedes solos lo van a hacer?, ¿no hay alguien más adulto?, son solo algunas de las frases que han recibido los integrantes de Jóvenes con Propósito, de parte de personas que se acercan con interés de colaborar y que les doblan la edad, poniendo en duda sus destrezas para llevar a cabo la tarea, por lo jóvenes que son.

“La gente nos subestima por ser jóvenes, piensan que por la edad no seremos responsables, pero nosotros queremos demostrar que ser jóvenes no nos incapacita para nosotros poder servir”, exclamó Desiree, al tiempo que puntualizó que ha sido uno de los mayores retos.

Por esto, incluso, les cerraron algunas puertas, sin embargo, contaron que dan ejemplo con su liderazgo.

Samuel explicó que han ido a comunidades y cuando llegan les preguntan si son ellos los coordinadores, a lo que responden que sí. Después, cuando termina la actividad, los más adultos les dicen: “Ustedes nos han sorprendido, cuánta organización”.

Además de esto, los chicos comentaron que detrás de cada “Misión con Propósito” hay mucho sacrificio.

Fotografía suministrada por Jóvenes con Propósito muestra el momento en que Samuel Infante camina hacia una escuela de empobrecida comunidad para coordinar actividad para niños. 

Narraron que en una misión, en diciembre pasado, asumieron por tres días y dos noches cómo vivían los pobladores de una empobrecida comunidad de Azua, despojándose de toda comodidad y llegando a asumir, incluso, el estilo de vida de ellos.

“Nosotros nos tuvimos que bañar en el río Yaque del Sur, porque no había agua y una sola vez al día porque nos quedaba lejos. Dormimos en el piso de una iglesia (…) yo no tengo problemas de dormir en el piso, pero, ¿adivina qué piso? el piso era totalmente de cemento, rústico, lleno de polvo”, narró Arantxa Acosta.

Más que un proyecto

Más que un proyecto, para muchos de ellos, Jóvenes con Propósito se ha convertido en “su verdadero propósito” y parte importante en sus vidas, ya que se consideran una “familia”.

Da cuenta de esto, la experiencia que ha tenido la estudiante Sameyri Medina, de 21 años de edad, que la describió como una muy “mágica” y “hermosa”, por el amor que recibe de los niños y los ancianos cuando asiste a las misiones.

Además, como tiene la tarea de fotografiar todas las experiencias, ver esas caras de felicidad concluida cada actividad le causa “mucha alegría” dentro de su ser.

“Todos nos integramos tan bien, como que nos conocemos de toda la vida, como una familia”, dijo.

Fotografía suministrada por Jóvenes con Propósito que muestra a los voluntarios al culminar actividad en hogar de ancianos. 

Inspiran a otros

Cada año, son más los jóvenes que se suman al proyecto solidario de este grupo. De acuerdo a lo que contaron, no necesariamente porque les han dicho: “Ven, súmate”. Se ha producido de manera orgánica.

Los chicos universitarios y otros que se están agregando lo hacen porque “se inspiran al observar el trabajo que realizan” y porque se sienten identificados. Eso fue lo que le pasó a Arantxa Acosta, de 21 años de edad, quien recién terminó su carrera en Negocios Internacionales y es actualmente voluntaria en Jóvenes con Propósito.

“No hemos tenido que motivarlos, ellos se han sentido motivados por el trabajo que nosotros realizamos, simplemente por el hecho de verlo, tanto en redes sociales como en acción en alguna comunidad”, comentó Desiree.

Por su parte, la joven Lisnalis Matías, de 17 años de edad y quien es encargada de la producción de contenido para redes sociales en Jóvenes con Propósito, comentó que han llegado a muchas personas a través de estas plataformas y se han quedado sorprendidos, “porque personas de otros países han sido parte de misiones y parte de donaciones, aunque no han participado en persona”.

Fotografía suministrada por Jóvenes con Propósito muestra momento en que voluntaria apadrina a bebé en actividad en acogida en barrio.

Más programas para niños y envejecientes

“Es verdad que República Dominicana lo tiene todo”, recitó Samuel, la popular frase que utiliza el Ministerio de Turismo del país para resaltar las riquezas de la isla, sin embargo, dejó claro que aunque pudiera parecer gracioso, “muchas veces vemos la parte bonita, pero hay gente que la están muy mal y a pesar de eso mantienen una sonrisa”.

Los miembros de Jóvenes con Propósito externaron que sienten que el Estado debe enfocarse un poco más en los envejecientes y los niños, haciendo más programas que velen por ellos y los protejan.

“Hay personas muy mayores que están en situación de vulnerabilidad, donde el Estado no ha llegado y debe haber un programa que de manera efectiva, pueda contabilizar quiénes son y cómo podemos ayudarlos y ¡claro! cuidando su dignidad, que no es un juego”, dijo Samuel.

“Es necesario programas para niños. Nos ha tocado tener que darle la mano a muchos niños que están en la calle y yo sé que ya existen programas que ayudan a niños, pero hay más necesidad en la calle y en comunidades, que lo que esos programas están abarcando actualmente (…) los niños necesitan programas para formarse, necesitan también programas donde se le dé buena alimentación, que ellos no tengan que salir a buscar el 50 pesos para comer. Los niños generalmente son el futuro del país y yo a veces veo el futuro del país limpiando cristales y de verdad que para mí eso me duele”, añadió Desiree.

Los integrantes de Jóvenes con Propósito lamentaron que muchas veces los recursos que da el Estado para contribuir con estas caigan en manos de personas que no lo necesitan.

El equipo lo intregran Desiree Pérez, Samuel Infante, Angela Martínez, Lisnalis Matías, Yomalis Sánchez, Kenia E. Pemberton, Arantxa Acosta, Rosa Salcedo, Gabriela Nieves, Arleny Ogando, Abigail Suero, Sameyri Medina, Yafreissi Cedano, Amy Alies, Ayeisha Pérez, Sarina Linares, Claribel Martínez, Crystal López, Erika Ogando, Rosamelia González, Steven Reyes, Michelle Martínez, Shantell Lorenzo, Yunior Fermin, Esperanza Ogando, Angela Santana, Lisleyda Martínez.

Además, Justina Colón, Sarolis Porte, Ismael Infante, Starling Infante, Mayelin Nolasco, Eduardo Luna, Enger Luna, Marbelly Muñoz, Mildred García, Jazmín Figueroa, Melissa Liberata, Rósela Villanueva, Samuel Torres, Grisbel Muñoz, Mercedes de Oleo, Soyka Martínez, Olimpia Mejía, Ana Cedano, Maryorie Thompson, Rubi Feliz, Kiojeidys Álvarez, José Ramón Valdez, Disney Amador, Chanel Oller, Rosmery Santana.

Fotografía que muestra parte de los cabecillas de Jóvenes con Propósito en su visita a la redacción del periódico Listín Diario.