ACADEMIA
¡A generar riquezas para aportar a un mundo mejor!
“Los emprendedores sociales son la fuerza correctora esencial. Son empresarios que cambian el sistema. Y desde lo más profundo de su ser, y por lo tanto de su trabajo, están comprometidos con el bien de todos”. Estas son palabras de Bill Drayton, fundador de Ashoka, organización global pionera en el campo del emprendimiento social y reconocida por identificar y apoyar emprendedores sociales líderes en el mundo, aprender de los patrones en sus innovaciones y multiplicar este conocimiento.
¿Hasta dónde podríamos llegar y qué cambios podríamos impulsar en el mundo si enseñamos a nuestros niños y jóvenes a innovar para impactar de forma positiva sus comunidades a través de ideas de negocios rentables y sostenibles?
Para Sebastián Feliz, docente universitario y mercadólogo, es importantísimo aprovechar la ola y fiebre actual con el emprendimiento para educar a los jóvenes que se están formando en las áreas de negocio: como mercadeo, administración de empresas o turismo, y enseñarles que es posible ganar dinero mientras aportan a la solución de los problemas en la sociedad.
Un pensamiento crítico
“Cuando los estudiantes entienden que para ganar dinero no hay que llevarse el mundo por delante, hacer cosas que no estén dentro de la moral y la ética, o que, mejor aún, pueden ganar dinero a la vez que aportan a la sociedad, empezamos a construir sociedad mucho mejor”. Además, manifiesta que, sobre la marcha, estos jóvenes desarrollan una gran cantidad de competencias que podrán poner al servicio de la sociedad: liderazgo, espíritu emprendedor, creatividad, pensamiento crítico, capacidad de análisis, aprenden a pensar en sostenibilidad, a analizar los problemas sociales y posibles soluciones, innovación, trabajo en equipo, planificación estratégica, negociación, entre otras.
Cuando él mismo estaba iniciando su carrera de Mercadeo en la Universidad Iberoamericana (Unibe), luego de haber tenido numerosas experiencias extracurriculares orientadas a economía y derecho mientras estudiaba en el colegio, se dio cuenta de que faltaba formación en negocios en la secundaria. “El director de nuestra carrera, que en ese entonces era José Martín Morillo, nos decía que cualquier idea que tuviéramos y que quisiéramos emprender, la universidad estaba dispuesta a ayudarnos a hacerla realidad”, recuerda, así que se acercó a él y le comentó su iniciativa de crear alguna actividad o concurso para estudiantes de colegios, pero que estuviera orientado a marketing. Le planteó la idea y su director sencillamente lo miró, buscó una fecha en el calendario para llevarla a cabo y le dio el ok. Así nació, en 2013, el Taller Competitivo de Emprendimiento Social, TCES, un evento gestado en la mente de un estudiante inquieto y respaldado por su universidad, para fomentar el pensamiento emprendedor y la visión de negocios con conciencia social en los jóvenes, incluso antes de iniciar la universidad.
Hoy día, TCES Unibe ha crecido y es un evento consolidado en el que participan cada año numerosos centros educativos. La entrega de este año, que inicia la última semana de enero, marca el décimo aniversario de esta actividad académica que educa para crear e innovar en beneficio de la sociedad de manera rentable y sostenible.
Fuente de negocio
“Muchas de las empresas que en la actualidad están teniendo más éxito es porque han hecho de sus negocios una fuente de ingresos a la vez que una plataforma para aportar a comunidades o poblaciones vulnerables”, Sebastián Feliz, fundador del Taller Competitivo de Emprendimiento Social (TCES) de Unibe.