SENDEROS
Concentrándonos en la sustancia de la vida
La vida es una constante, en ella encontramos desde los clásicos sin sabores hasta los momentos más hermosos y bellos; su misterio ha sido el tema de muchas personas a través de los siglos y, sin embargo no alcanzamos a dilucidar todo los mensajes encontrados en cada momento a lo largo del camino. Por casualidad encontré un simple verso que me dio una tremenda dosis de sabiduría, es el verso #12 del antiguo Tao te chin:
12. Distracción: Demasiado color ciega el ojo/Demasiado ruido ensordece el oído/Demasiado condimento embota el paladar/Demasiado jugar dispersa la mente/Demasiado deseo entristece el corazón./El sabio provee para satisfacer las necesidades, no los sentidos/Abandona la sensación y se concentra en la sustancia.
Ese sencillo verso nos ofrece un panorama más amplio sobre la distracción, tenemos que enfocarnos en lo que realmente somos y queremos, todo lo que se “necesita” para existir cuando se convierte en demasía llega a cercenar nuestro ser, nuestra forma de ver el mundo, nuestra forma de actuar. Debemos abandonar las sensaciones que continuamente el mundo nos ofrece y centrarnos en la “sustancia” que somos, más allá del dinero, de las adquisiciones, de los títulos académicos, y de todo aquello que consideramos que nos “define” pero que en su dinámica nos atrapa, nos oscurece y nos vacía..