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En Punta Cana: ambiente navideño y variada cocina

Tuna tartare.

Carmenchu BrusíloffSanto Domingo

Me gusta la Navidad en Punta Cana, con sus adornos navideños y sus diversas ofertas de buen comer. Por un lado está Galerías Puntacana. Por otro, BlueMall Puntacana. Son dos centros comerciales de muy diferente proyección, a pocos minutos de distancia en auto uno del otro. En el primero, por cierto, con una tan amplia oferta de lugares para comer y beber en tan corto trecho que decidí anotarlos: Wendy’s, Caffe Borbone donde además funciona el Gourmet Market, Cava Alta, La Cava Kitchen, Vale Valentina, Cake’s Vale, La Casita de Yeya (cocina dominicana), Pepe (cocina española), Brot Bagel & More, El Burrito (comida mexicana), Mamma Luisa (cocina italiana y mediterránea), Baskin Robbins, Pizzarelli, Burlao, Acentos y Cervecería Punta Cana junto a la fábrica de cerveza Canita. ¿Falta alguno? Confieso que solo he estado en cinco de ellos, pero en todos me ha ido bien. Es que cada uno tiene su estilo y su momento. El paladar de cada quien decide lo que le apetece: comida rápida o comida gastronómica.

En este andar sin hora, mientras deambulo por Galerías Puntacana me detengo a tomar fotos al encantador pesebre, justo en el centro del paseo. Es un punto focal llamativo. Más allá, separada del Nacimiento su vista por un restaurante de forma circular, el árbol de Navidad. Lo retraté el día anterior, durante el tradicional bazar cuando a la hora del almuerzo me reuní en Mamma Luisa con mi hijo Ángel, su media naranja Rossy, y Joselito y Annie. En este bar-trattoría me inclino siempre por la pasta. Al fin y al cabo, su dueña es italiana, y precisamente fue pasta Mamma Luisa la que pedí. Viene con camarones de muy buen tamaño y finos hongos Portobello. ¡Deliciosa! Rossy prefirió un apetitoso carpaccio de tuna, con rúcula y aguacate.

El domingo en la mañana Rossy me invita a comer en BlueMall a un restaurante que no conozco. Antes de almorzar, empero, necesito buscar un par de cosas. Entre ellas pantuflas que no resbalen. ‘Vamos a Women’s Secret’, me dice. A mí, que en varias tiendas las había buscado en Santo Domingo, no se me había ocurrido ir a esta. Para almorzar me lleva al SBG (Sophia’s Bar & Grill). Por mi parte, de aperitivo me encantó la arepa de ropa vieja (el servicio trae tres arepas). De primer plato ella se decidió por una muy buena tuna tartare. Como plato fuerte compartimos un rissotto de chivo. ¡Fabuloso! (Las fotos las tomamos Rossy Salazar y yo para este artículo en LISTÍN DIARIO).

El SBG conecta con el restaurante Bachata Rosa, ahora dedicado a actividades privadas. Su primer dueño fue Juan Luis Guerra.

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