La Vida

VIAJES

Por el este de RD, tres paradas: autovía, Puntacana y Cap Cana

Bazar

Carmenchu BrusíloffPunta Cana, La Altagracia

‘¿Quieres ir a Puntacana el primer fin de semana de diciembre?’, me pregunta Ángel, mi hijo mayor. ¡Claro que sí! Es que ese sábado allí se celebra el tradicional bazar de Navidad. Además, ese viernes en la noche podemos ir a Cap Cana a ver el desfile especial de yates adornados de luces. El viernes de mañana, desde la capital Ángel y yo salimos rumbo al Este. A unos dos kilómetros del peaje de La Romana nos detenemos en la gasolinera Axxon. ‘Mira a la derecha’, dice. ‘Una cancha de tenis ¡en una gasolinera!’. Me deja boquiabierta. Me pregunto quiénes jugarán en ella. Para tomar un café, en vez de entrar al foodshop seguimos hacia la cafetería: ‘La Panería’. A su lado funciona el restaurante ‘La 5ta. Mendoza’. Ambos de muy agradable ambiente. Esta parada para repostar combustible está muy bien montada. Da gusto bajarse en ella.

A la una de la tarde ya estamos en Puntacana Village. Nos dirigimos directamente al restaurante Mamma Luisa, en la zona de Galerías Puntacana, donde Rossy nos espera. Para comer pido pasta al pesto, un pesto recién hecho que sabe a gloria. Ángel come pechuga de pollo con rúcula. Aquí me presentan a Frank Elías Rainieri, quien ha tomado el relevo de su padre, Frank, como presidente y CEO del Grupo Puntacana. Es un ejemplo de cómo la nueva generación sabe tomar las riendas de empresas exitosas.

A las 6:30 p.m. Ángel, su media naranja Rossy y yo salimos desde su hogar en Puntacana Village hacia Cap Cana. A la entrada de la zona de Fishing Lodge recibimos tamaña sorpresa: una botellita de cava Segura Viudas a cada uno. Numerosos niños disfrutan de juegos infantiles y jóvenes de ambos sexos, ataviados con atuendo de cuentos navideños, van y vienen entre la gente. En el bistro Bohemian nos esperan Fausto y Miguelina Huertas. De cena solo quiero tapas: jamón prosciutto y unas buenísimas croquetas de jamón. Frente a nosotros, un saxofonista entretiene con música navideña. El único inconveniente son los altavoces demasiado altos. Se hace difícil conversar. De repente descubro a lo lejos cómo se acercan los yates espectacularmente adornados de luces y hasta allí me dirijo al tiempo que, hacia otro lado, una explosión de fuegos artificiales ilumina el cielo. ¡Magnífico show! (Mi hijo, Ángel Ramos Brusíloff, y yo tomamos las fotos para este artículo en el LISTÍN DIARIO).

Bazar

En el bazar, celebrado en el espacio abierto de Galerías Puntacana, entre los artículos que llamaron mi atención había pulseras de madera con detalle en cuerno de vaca. También carteras de papel plástico.